Fotografía: Quadratín

Rosa es ingeniera Bioquímico en Alimentos y es supervisor de producción de una fábrica de enlatados, ella, es parte de las 532 mil 242 jefas de familia de Yucatán que reporta el último Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) del 2020, y que son parte fundamental de la sociedad, pues representan el 28.4% del total de las familias en el estado

Rosi, como le llaman con cariño su familia y amigos, es madre de jóvenes a las que les ha dado carrera y una vida sin tantas carencias, en sus ratos libres da clases presenciales en su casa, ella como muchas otras, realiza un gran esfuerzo para mantener una familia, pues a pesar de que ya logran puestos de jefatura o dirección, el sueldo no es igualitario con los hombres. 

De acuerdo con el censo, la mayoría de las jefas de familia, tienen entre 40 y 59 años (41.4%), seguidas por las que tienen entre 30 y 39 años (31.6%). En cuanto al nivel educativo, el 38.7% de las jefas de familia tienen un nivel educativo de primaria o menor, mientras que el 24.2% tienen secundaria. Apenas, el 18.9% tienen estudios de bachillerato o equivalente, y el 18.2% tienen estudios superiores. 

De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), la participación de la mujer en 2022 registró un 46.7%, rompiendo la barrera del ingreso laboral; sin embargo, muchas siguen enfrentando la brecha salarial, la doble jornada de trabajo, el estancamiento en puestos medios, el acoso y el hostigamiento. 

El estudio señala que las mujeres ganan 87 pesos por cada 100 que recibe el hombre, con un ingreso mensual de más de 9 mil pesos, mientras que el de ellas es de 7 mil 837 pesos al mes, según el ENOE. 

La Comisión Nacional de los Salario Mínimos (Conasami), por cada hora trabajada, las mujeres ganan 49 pesos y los hombres 54. 

La investigadora de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Gina Villagómez Valdez, señaló que cada vez más, la sociedad está consciente de que una jefa de familia es una heroína, tan así que se les llama “madres luchonas, aunque a veces se les niega el empleo, les pagan mal y las siguen maltratando”. 

Añadió que los retos para ellas es rescatarse a sí mismas, el autocuidado. “Es sumamente importante el autocuidado, psicológico, una alta estima y la capacitación”.

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