Macron
Ganó Macron… pero también la ultraderecha (Foto internet)

Francia le dio cinco años más de mandato a Emmanuel Macron. Ayer, el enfrentamiento entre el actual presidente y la candidata de ultraderecha, Marine Le Pen, en las urnas de la segunda vuelta por la presidencia coronó una vez más con la victoria al candidato de centro, aunque con menos ventaja que en el encuentro de 2017. Estos comicios dejaron ver que, tras cada elección, la extrema derecha consigue ganarse la confianza de más gente.

El ganador hizo evidente que una parte de sus votos eran mensajes en contra de su oponente: “Sé que muchos no me han votado por mis ideas, sino para bloquear a la extrema derecha.

Por eso quiero decirles que soy consciente de que este voto me compromete para los próximos cinco años”, dijo el aún mandatario como parte de su discurso en el Campo Marte de París, donde la gente se reunió para celebrar su reelección, con la Torre Eiffel de fondo.

Pero a las urnas no solo asistió el descontento por las iniciativas de la candidata de Agrupación Nacional, también se hizo presente la inconformidad por la gestión del actual gobernante. Mientras que en 2017 había más de 30 puntos de distancia entre los candidatos, esta vez la diferencia se cerró en 13% (con 90% escrutado), rompiendo un nuevo récord en los votos recibidos por la derecha en el país, 43.4%, frente al 56.5 por ciento del ganador.

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Una de las iniciativas más sólidas de la derecha era la que consideraba la restauración del poder adquisitivo de los ciudadanos, cuya economía se vio gravemente afectada, primero con la pandemia, y ahora con el efecto de rebote que las sanciones económicas impuestas a Rusia tienen sobre la región.

Entre quienes se alegraron por los resultados estuvo la Unión Europea; el presidente de su Consejo, Charles Michel, extendió sus felicitaciones a Macron desde su cuenta de Twitter, y aseguró que será necesaria una Europa fuerte para hacer frente a los tiempos difíciles. Por su parte, el canciller alemán, Olaf Scholz, destacó que este resultado no era menos que una prueba del compromiso de los votantes con la alianza.

Sin embargo, una tercera victoria pesa sobre el reñido encuentro en las urnas: el abstencionismo. Ayer, el fenómeno se apoderó del 28% del padrón, sumando otros dos puntos frente a la participación de la segunda vuelta de 2017. En Francia, no solo es la segunda vez que el abstencionismo se acentúa entre las dos vueltas de votaciones, sino que es el segundo mayor abstencionismo en 50 años.

Con información de 24 Horas Nacional

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