Cenotes, maravilla natural en la Península de Yucatán

Aunque la región se caracteriza por su riqueza cultural y arqueológica, que data de la civilización maya, los paisajes naturales también son insignia que atraen al turismo nacional y extranjero.

Cenotes, maravilla natural en la Península de Yucatán

Los cenotes, cuyo término proviene de la palabra maya ‘dzonot’, que significa ‘abismo’, son paradisiacos y místicos, pues para la cultura milenaria “eran considerados fuentes de vida”, ya que no solo les proporcionaban el vital líquido, sino también eran la “entrada hacia otro mundo y centro de comunión con los dioses”, refiere el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI).

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Estos cuerpos de agua se clasifican en cuatro: abiertos, semiabiertos, antiguos y de caverna. Su proceso de formación puede durar miles de años, debido a que el suelo de la región “es una especie de esponja” que absorbe la humedad cuando llueve; el líquido que se filtra en la superficie se disuelve y da paso a las cavernas que colapsan debido a la erosión.

En la Península, Yucatán destaca como albergue de la Reserva Estatal Geohidrológica Anillo de Cenotes, que fue decretada como Área Natural Protegida en 2013, Con una superficie de 219 mil 207.83 hectáreas, abarca los municipios de Seyé, Acanceh, Timucuy, Homún, Cuzamá, Tecoh, Tekit, Tahmek, Hoctún, Xocchel, Hocabá, Sanahcat y Huhí.

El cenote Ik Kil es uno de los más visitados, especialmente en la temporada vacacional, pues los miles de turistas que arriban a la Zona Arqueológica de Chichén Itzá aprovechan la cercanía con este manto acuífero para conocer su belleza, que se enmarca con la presencia de aves como tucanes, loros y cardenales.

Cerca de Mérida, en la Zona Aarqueológica de Dzibilchaltún, se encuentra el cenote Xlacah, morada del pez veleta, que puede apreciarse a través de sus aguas cristalinas.

Estos sitios representan “quizá, el fenómeno natural más interesante de Yucatán”, pues jugaron un papel determinante en el desarrollo de la civilización maya, ya que en el fondo de estos mantos se han localizado ofrendas y joyería “que aparentemente fue arrojada a las profundidades después de sacrificios humanos”, destaca el Gobierno estatal.

REDACCIÓN