Es urgente que se refuerce la educación ambiental en la entidad, y una vía clave es la divulgación del conocimiento del suelo en Yucatán desde los museos y espacios culturales. Así lo expresó Francisco Bautista Zúñiga, investigador del Departamento de Geografía Ambiental de la UNAM, en el marco del Día Internacional de la Conservación del Suelo, celebrado el 7 de julio.
“La gente no va a cuidar lo que no conoce”, afirmó, al proponer que en el Gran Museo del Mundo Maya se habilite una sala dedicada a los suelos yucatecos, con monolitos, nombres científicos y su denominación en lengua maya.
Esta iniciativa busca fortalecer la conexión de la población con el componente terrestre y su relevancia para la vida y el equilibrio ambiental.
Contaminación del suelo por expansión urbana e industrias
Además de la falta de información, el investigador alertó sobre la degradación progresiva del suelo en Yucatán, causada principalmente por la expansión urbana y por industrias como las granjas porcícolas.
Aunque muchas de estas empresas aseguran reutilizar residuos de manera agroforestal, Bautista Zúñiga denunció que en la práctica vierten excremento directamente al subsuelo, sin tratamiento alguno, lo cual deteriora el suelo y contamina los mantos freáticos.
Suelos delgados y vulnerables: un riesgo ambiental único en Yucatán
El académico subrayó que los suelos superficiales de Yucatán son muy delgados y, a diferencia de los de otras regiones como Michoacán o Guanajuato, no funcionan como esponjas para filtrar contaminantes.
Pérdida de suelos fértiles al sur de Mérida
Asimismo, Bautista Zúñiga expresó preocupación por el crecimiento de la mancha urbana, especialmente en el sur de Mérida, donde están siendo sellados con viviendas algunos de los terrenos agrícolas más fértiles del estado.
Este fenómeno no solo representa una pérdida irreversible de tierras cultivables, sino que también incrementa el riesgo de inundaciones, ya que el suelo ya no puede absorber el agua de manera natural.
Áreas protegidas bajo presión ambiental
Aunque Yucatán cuenta con áreas naturales protegidas que aportan beneficios al sistema edafológico, el experto advirtió que algunas ya muestran signos de impacto ambiental debido a actividades humanas cercanas.
Por ello, hizo un llamado a actuar desde la educación, la divulgación científica y la política pública, para revertir el deterioro y fomentar un uso más responsable del suelo en la región.
Conclusión: sin educación ambiental no hay conservación del suelo
Para proteger el suelo yucateco, es indispensable educar y sensibilizar a la población. Incluir el conocimiento del suelo en los museos no es solo una propuesta académica: es una estrategia urgente para formar conciencia ambiental desde las infancias hasta las decisiones públicas.