El nuevo papa no solo llevará la carga espiritual del mundo católico, también estrenará una sotana que desató competencia entre sastrerías en Roma. Mientras el cónclave se prepara para elegir al sucesor de Francisco, las tradicionales agujas de la casa Gammarelli no son las únicas que tejen historia: la sastrería de Raniero Mancinelli también quiere vestir al pontífice.
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La tradición de Gammarelli bajo presión
Por décadas, la sastrería Gammarelli ha confeccionado las tres sotanas blancas (talla baja, media y alta) que esperan al nuevo papa tras su elección. Esta vez, sin embargo, el Vaticano solicitó no realizar los conjuntos con anticipación. A pesar de ello, la expectativa y el simbolismo que rodean al vestuario papal siguen generando atención.
Una competencia inesperada por la sotana blanca
En el corazón de Roma, Raniero Mancinelli ve una oportunidad. Aunque el Vaticano no le ha encargado oficialmente las vestiduras, el veterano sastre de 70 años no se rinde. Confecciona a mano tres conjuntos, priorizando el ancho más que la altura, pues desde el balcón de San Pedro solo se aprecia el torso y no la caída del traje.

Sastrerías, tradición y poder en el Vaticano
Ambas casas de sastrería acumulan décadas de experiencia y han vestido a papas, cardenales y obispos. Mancinelli, con una tienda a pasos del Vaticano, ha trabajado con siete pontífices, aunque nunca ha tenido el honor de confeccionar el atuendo del anuncio oficial.
A pesar de la negativa oficial, mantiene la esperanza de que sus sotanas sean las elegidas, y trabaja contrarreloj con encargos de última hora para clérigos que asisten al cónclave.
Fotos e información: AFP