Fotografía: Cortesía

En la segunda ola de calor extremo que padece la ciudad y la mayor parte del Estado, se ha sumado en los últimos días lo indeseable, que se vaya la luz y como si esto fuera el presagio del peor sufrimiento, en los primeros minutos de suspensión se abriga el deseo de que no dure, pero también el peligro de que tarde y se prolongue.

Vecinos de todos los rumbos reportan apagones en sus predios y rumbos, algunos de 15 minutos, otros de media hora y algunos más de horas o bien, de manera escalonada, sin embargo, en zonas como Miraflores y Unidad Morelos, y otros como Pensiones y colonias aledañas, saben lo que es sufrir más de 24 horas sin el servicio.

Reporteros de 24 Horas Yucatán recabaron testimonios de vecinos afectados por el apagón.

Martha Arceo, vecina de la colonia Miraflores es una de las afectadas que en las 72 horas que tardó sin el servicio, tuvo que tirar toda la comida que tenía en el refrigerador, algunas frutas y verduras se pudrieron y les era imposible conciliar el sueño.

“Se perdieron todos los alimentos que teníamos en el refrigerador y el problema de dormir, hay mucho calor, no tienes abanicos, fueron días terribles. Abrimos puertas y ventanas para que entre el aire, pero se metieron los moscos, así que con el apagón sólo los moscos comen”, expresó.

Relató que por su edad, ya no puede ir diario al mercado o comprar comida, entonces cada semana compra para varios días y lo que va a cocinar cada día de la semana, entonces tenía llena su nevera de carne, de pollo, quesos, jamones, y comida ya preparada de uno o dos días y todo se fue a la basura.

“Además nos quedamos sin agua, no subía al tinaco y eso empeoró el asunto”, agregó.

Guadalupe Vázquez de la Vega, vecina de Vergel II aseguró que tuvieron apagón el lunes y martes, pero no tardaron mucho.

En la colonia México, Eduardo Novelo Rodríguez informó que se fue la luz el miércoles a las 4:00 de la tarde y regresó hasta este jueves a las 11:30 am. 

La noche del 8 de mayo no fue la excepción. Falló el fluido eléctrico en varias ocasiones, hasta que desde las 8 de la noche “se fue la luz”. Reportar la falla al número 077 es tarea inútil: Las líneas están saturadas por la avalancha de quejas.

Familias completas sentadas en las puertas de sus casas en el fraccionamiento Fidel Velázquez, recordando las aciagas situaciones provocadas, muchos años atrás, por los huracanes “Gilberto” y “Ópalo”.

María abanicaba a su mamá, parapléjica desde hace años, a las 11 de la noche, mientras sus dos pequeños corrían y jugaban, ajenos a lo que sucedía.

“Los recibos (de electricidad) ya son impagables, y el servicio es peor cada día. Se va a echar a perder la comida y quién sabe qué voy a hacer mañana, porque la despensa ya estaba hecha y falta mucho para la quincena”, afirma María.

Su vecina, Deisy, se lamenta diciendo que espera que su refrigerador o su televisor no se hayan dañado por los continuos cambios de voltaje, porque “la Comisión no paga”.

Las patrullas circulan por las oscuras calles, por el amplio número de personas despiertas.

Jacinto, adulto mayor con diabetes e hipertensión, aguarda el regreso de la electricidad con sus pies remojados en una cubeta con agua.

“No puedo llamar a mis hijos para que vengan por mí y mi esposa porque se le acabó la pila al celular”, señaló.

Edgar Muñoz / Manuel Escalante

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