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Elon Musk es objeto de una investigación en Brasil luego de acusar a un juez de la corte suprema de censurar su plataforma X, llamarlo “dictador” y amenazar con desobedecer las órdenes judiciales de bloquear cuentas señaladas de desinformación.

A continuación cinco puntos importantes acerca de la pugna del multimillonario, fundador también de Tesla y SpaceX, con el poderoso magistrado Alexandre de Moraes.

– Musk ataca –

Musk inició una serie de ataques el sábado en X contra Alexandre de Moraes, punta de lanza del combate a la desinformación en Brasil, especialmente contra los intentos de simpatizantes del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022) de desacreditar el sistema electoral antes de los comicios de 2022 en Brasil.

Para Musk, el juez es un “dictador” que “debería dimitir o ser destituido”.

Además amenazó con desobedecer las órdenes judiciales de bloquear cuentas de usuarios en X, que el empresario compró en 2022.

La polémica ocurre luego de que el periodista y activista estadounidense Michael Shellenberger acusara la semana pasada a Moraes de intentar “censurar (…) congresistas” y simpatizantes de Bolsonaro.

Las acusaciones se basaban en los “Twitter Files,” un volumen de documentos internos -como intercambios de correo entre empleados de la plataforma- que Musk difundió en 2022 después de comprar la compañía.

– La Corte responde –

En respuesta, Moraes, que también encabeza el Tribunal Superior Electoral (TSE), ordenó el domingo multas de 100.000 reales (unos 20.000 dólares) diarios por cada cuenta bloqueada que X reactive, lo que hasta ahora no ha ocurrido.

Entre las cuentas bloqueadas por Moraes están las del excongresista Daniel Silveira, un expolicía que fue sentenciado a casi nueve años de prisión en 2022, luego de haber declarado en un video que deseaba que los jueces de la corte suprema fueran “apalizados en la calle”. Silveira fue posteriormente indultado por Bolsonaro.

El magistrado también incluyó a Musk en una investigación contra “milicias digitales”, acusándolo de una “instrumentalización criminal” de la plataforma.

Esa pesquisa gira en torno a acusaciones de que Bolsonaro y su círculo íntimo usaron ilegalmente recursos públicos para orquestar campañas de desinformación en internet durante su presidencia.

Además abrió una investigación contra Musk por “incitación al crimen” y “obstrucción de justicia”.

– Musk y Bolsonaro –

Jair Bolsonaro nunca ocultó su admiración por Elon Musk.

Lo condecoró con una medalla por su “servicio a Brasil” cuando el multimillonario visitó el país en 2022, poco después de comprar Twitter.

El ultraderechista, que perdió la elección de octubre de 2022 ante el izquierdista Luiz Inacio Lula da Silva, compartió un video de ese encuentro el sábado en X.

Musk “es nuestra salvación”, dijo Bolsonaro en otro video. “Nuestra democracia está bajo amenaza”.

En medio de la pugna, la extrema derecha brasileña ha salido en apoyo a Musk y redoblado sus ataques contra Moraes. Un manifiesto respaldado por legisladores conservadores pide el “impeachment” del magistrado.

En 2023, el TSE condenó a Bolsonaro a ocho años de inelegibilidad por diseminar informaciones falsas sobre el sistema electoral.

– ¿Y ahora qué? –

“Probablemente perderemos todos nuestros ingresos en Brasil y tendremos que cerrar nuestras oficinas ahí”, escribió Musk. “Pero los principios importan más que las ganancias”.

Un gran número de usuarios de X dicen temer una suspensión de la plataforma en Brasil.

Pero otros se divierten. En redes sociales surgen pedidos para que la pugna pase al cuadrilátero, como el frustrado plan de Musk para combatir en una jaula contra el jefe de Meta, Mark Zuckerberg, el año pasado.

“Yo pagaría por ver esa pelea”, escribió un usuario en X.

– “Censura” o regulación –

En el Senado, que encabezaría cualquier proceso de destitución política, su presidente Rodrigo Pacheco rechazó la categoría de “censura” y señaló que los legisladores deben regular las redes sociales.

Brasil se inscribe en el debate internacional sobre los límites de la libertad de expresión en redes sociales, la desinformación y los discursos de odio.

“La libertad de expresión es una cosa. Otra cosa son campañas coordinadas y financiadas con el objetivo de atacar la propia democracia”, dijo a la AFP Estela Aranha, experta en derechos digitales.

Para ella es “urgente e importante” regular las redes sociales pero en un Brasil profundamente polarizado la tarea se presenta ardua.

© Agence France-Presse

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