México sacó a su personal diplomático y cerró su embajada en Quito este domingo tras la ruptura de relaciones con Ecuador desatada por la inédita incursión policial a la sede para capturar al exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas.

El grupo de 18 personas, integrado por los funcionarios y sus familias, se trasladó al aeropuerto acompañado por los embajadores de Alemania, Panamá, Cuba y Honduras, quienes vigilaron se respetara su integridad, de acuerdo con el gobierno mexicano.

“Nuestro personal diplomático deja todo en Ecuador y regresa a casa con la frente y el nombre de México en alto tras asalto a nuestra embajada”, informó en la red social X la canciller Alicia Bárcena.

Lo mexicanos viajan en una aerolínea comercial luego de que se descartara enviar un avión militar debido a las tensiones. El vuelo se espera aterrice hacia las 12h45 locales (18h45 GMT).

La prensa ha sido convocada para un mensaje de la delegación, encabezada por la embajadora Raquel Serur, quien fue declarada “persona non grata” por Quito, y el jefe de misión, Roberto Canseco, quien fue sometido por policías durante la incursión del viernes.

La salida de los diplomáticos se produce luego de que el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador declaró la ruptura de relaciones por el ingreso de policías a la embajada, un hecho nunca visto en el mundo que ha sido condenado por países latinoamericanos y también por Estados Unidos.

Nicaragua emuló a México y el sábado también rompió relaciones con Ecuador.

La Organización de Estados Americanos (OEA) y las Naciones Unidas también han rechazado esta acción que atenta contra “la inviolabilidad” de las instalaciones diplomáticas consagrada en la Convención de Viena de 1961.

Este domingo, España y la Unión Europea se sumaron al rechazo señalando la necesidad del respeto a las normas internacionales.

Tensiones

Jorge Glas, acusado de corrupción y que fue vicepresidente en el gobierno de Rafael Correa (2013-2018), se refugiaba en la sede diplomática mexicana desde diciembre alegando ser perseguido político.

La crisis diplomática comenzó el miércoles cuando López Obrador planteó un paralelismo entre la violencia que marcó la campaña presidencial ecuatoriana de 2023, durante la cual fue asesinado el candidato Fernando Villavicencio, y la criminalidad que se registra en México de cara a las elecciones del 2 de junio.

Según el mandatario mexicano, el crimen de Villavicencio creó un “ambiente enrarecido de violencia” que provocó la caída en las encuestas de la candidata izquierdista Luisa González y el repunte de Daniel Noboa, quien resultó ganador.

Quito declaró el jueves persona “non grata” a la embajadora mexicana, a lo que López Obrador respondió el viernes otorgando el asilo a Glas.

Noboa tachó esta protección como un “ilícito” y defendió el operativo, alegando un “abuso de las inmunidades y privilegios” concedidos a la misión diplomática

El sábado, la canciller ecuatoriana Gabriela Sommerfeld justificó la acción con el argumento de que había “un riesgo real de fuga inminente” de Glas.

México, que por un siglo ha recibido a perseguidos políticos de distintos países, reclamó que el derecho al asilo es “sagrado” y denunció como “una “violación flagrante al derecho internacional” y a su “soberanía” el asalto a su embajada.

AFP

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