FOTO: GOBIERNO DE YUCATÁN

A casi cuatro meses del bloqueo a la zona arqueológica de Mayapán, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dio un giro inesperado al conflicto, anunciando el cierre indefinido del sitio a través de un escueto comunicado.

Esta decisión, lejos de apaciguar la situación, ha indignado a los ejidatarios de Telchaquillo. La tardía respuesta del titular del INAH en Yucatán, Diego Prieto Hernández, quien hace 48 días se comprometió a llegar a un acuerdo con los ejidatarios, generó un clima de desconfianza e incertidumbre.

El escueto comunicado del INAH, que invita a los visitantes a “otros sitios prehispánicos”, no ofrece soluciones ni alternativas a la comunidad de Telchaquillo, que depende en gran medida del turismo generado por la zona arqueológica.

Russell Gregorio García Ávila, comisario ejidal, lamentó la falta de compromiso del INAH y señaló que no se ha recibido ninguna instrucción ni fecha para una segunda reunión. Los ejidatarios, cansados de las dilaciones, decidieron mantener el bloqueo y custodiar la entrada del recinto hasta que se llegue a una solución definitiva que beneficie a la comunidad.

El temor a que el INAH Yucatán pretenda repetir la estrategia utilizada con los ejidatarios de Dzibilchaltún, a quienes se les pagó una parte de la indemnización acordada sin liquidar el monto total, es latente. García Ávila advirtió que no permitirán que se les trate de la misma manera. Los ejidatarios no descartan endurecer su postura y emprender acciones legales si el INAH no muestra una actitud seria y comprometida con la búsqueda de una solución justa para ellos.

Este caso pone de relieve la compleja relación entre las comunidades locales y el INAH Yucatán, y la necesidad de establecer mecanismos de diálogo y participación que permitan encontrar soluciones justas y sostenibles para todos los actores involucrados.

MANUEL ESCALANTE

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