FOTOS: CORTESÍA

Las calles y avenidas de Mérida se han convertido en un campo de obstáculos, lleno de trampas mortales para quienes transitan por ellas. Sin importar el medio de transporte utilizado, la ciudadanía se enfrenta a una red de problemas que exige mejoras urgentes en las vialidades. 

A pesar de los esfuerzos municipales en repavimentación y construcción de nuevas calles, los avances se desvanecen rápidamente. Fugas de agua potable, registros telefónicos analógicos, de la Comisión Federal de Electricidad, pozos recolectores de agua pluvial, lluvias e inundaciones transforman las calles, tanto nuevas como antiguas, en auténticas trampas para conductores, siendo un riesgo aún mayor para vehículos más pequeños como motocicletas, triciclos, bicicletas e incluso patines motorizados, conocidos como “scooters”. 

A estas complicaciones se suman la presencia de baches tras cada lluvia y topes o pasos peatonales no siempre señalizados ni uniformemente indicados. La falta de claridad en la señalización, junto con la confusión causada por elementos como ramas de árboles, aumenta el peligro en las vías. 

“En Mérida, uno tiene que estar con un ojo al gato y el otro al garabato”, señala José Cervera, chofer de una plataforma de servicio privado. Con la necesidad de esquivar baches y huecos constantes, los conductores deben estar alerta no solo a las condiciones del pavimento, sino también a la presencia de motociclistas y otros obstáculos impredecibles. 

Carlos Abasolo, conductor de otra plataforma, lamenta que, a pesar de cuidar su auto, la cantidad de baches, registros sin tapa y otros problemas en las calles ha afectado considerablemente su vehículo. La suspensión es la primera en sufrir daños, reflejando la calidad de las calles y avenidas. 

Ciclistas también sufren las consecuencias. Carlos Albor, residente de la colonia Mulsay, destaca la peligrosidad de estas trampas tanto para vehículos como para peatones. Sugiere que las autoridades realicen un censo o auditoría para reparar todos los daños en calles y avenidas, abordando no solo los baches, sino también las tapas de registros y otros elementos que representan riesgos para la seguridad vial. 

En medio de este escenario, la ciudadanía clama por una intervención integral, donde la pavimentación sea acompañada por la reparación de todos los elementos de la vía, garantizando la seguridad de conductores, peatones y ciclistas por igual. 

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *