Una leyenda asegura que don Vicente Martín Güemez originario de Nolo, tenía contacto con seres extraterrestres y que estos le transmitieron conocimientos milenarios que le dieron la sabiduría para poder construir una réplica exacta de la pirámide de Chichén Itzá.

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Este Castillo de Kukulcán a escala, de 80 centímetros de alto y un metro cuadro de circunferencia, no solo sorprende por verse idéntico, sino porque en él se reproduce con exactitud el fenómeno del descenso de la serpiente emplumada, como se observa cada 21 de marzo en la zona arqueológica.

 

La mini pirámide de Chichén Itzá donde se puede ver el descenso de Kukulcan

Esta construcción se encuentra sobre una estructura que se usaba para almacenar agua, en una quinta de la comunidad de Nolo, en el municipio de Tixkokob, y en la que, sin necesidad de viajar hasta Chichén Itzá, se puede observar el fenómeno arqueo astronómico del equinoccio de primavera.

A la muerte de don Vicente, este pirámide a escala sigue en pie y puede visitarse, ya que se encuentra abierta al público, pues es parte de la herencia que dejó a su familia el campesino que hablaba con los extraterrestres.

Cada año, sus familiares disfrutan el fenómeno lumínico del equinoccio en la privacidad de su terreno; se dice inicia iluminando seis triángulos, alcanza la plenitud con siete y, finalmente, el 6 de abril abarca ocho triángulos.

Este siempre impresionante juego de luces puede verse tanto en la mañana como en la tarde.

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