tlacuaches
Tlacuaches, guardianas del ecosistema.

Conocido como zarigüeya en otras partes del país, el tlacuache forma parte de la fauna mexicana en la Península de Yucatán, y tiene un papel fundamental como regulador del ecosistema.

Por naturaleza, ejercen una función como controladores de plagas, pues atacan y acaban con cucarachas, arañas, gusanos, garrapatas, entre otros.

De forma lamentable, los mitos, el aspecto físico y las leyendas alrededor de los tlacuaches, han provocado que desde hace años se le tenga rechazo por su apariencia, como ocurre con animales como las serpientes, sapos y hasta las iguanas.

“Como toda especie sabemos que su función en el ambiente es complementaria al lado de los demás y simplemente por eso debe ser respetada, ya que también forma parte de un equilibrio en el ambiente, aunque no lo veamos de forma directa y en general como un animal sinantrópico (es decir, que se ha adaptado a las condiciones provocadas por el desarrollo urbano), nos ayuda a la dispersión de semillas, control de población de otras especies como insectos, reptiles etc.”, refiere Fabián Espadas, vocero de la organización Rescate Zarigüeyal.

El marsupial busca su alimento en árboles frutales y de vez en cuando degustan alacranes, arañas e insectos nocivos a la salud humana como cucarachas; eso sí, ellos siempre están de paso, en busca de sitios donde vivir y dónde comer.

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Aunque en Yucatán no se tiene un registro del total de la población, es una especie común por el tipo de zonas rurales y urbanas que se tienen en conjunto con las actividades que se tienen en campo. Y ante el avance de la mancha urbana hacia zonas agrícolas, es común verlas aturdidas o en carreteras donde ponen en riesgo la vida.

Cabe destacar que, esta especie de marsupial es capaz de soportar varias mordeduras de serpiente venenosa, lo que llamó la atención de los científicos, quienes analizaron su organismo para detectar que lo hace que resista y se les atribuye en parte el que exista un antídoto contra las mordeduras de víboras venenosas.

“Hasta la fecha no se ha encontrado información científica que lo afirme, y referente a la rabia, como todo animal silvestre que está en la naturaleza y en contacto con otros animales como coatíes y mapaches, no hay que descartar la posibilidad de que en algún momento puedan contraer y transmitir la rabia”, explica espadas.

Por esto, recomendó, es necesario tener cuidado al manejar estos ejemplares y dejarlo en manos expertas, sobre todo si se trata de ejemplares adultos, y también evitar que las mascotas entren en contacto con ellos.

 

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