Enfundadas con vestimenta negra, un grupo de feministas se reunió en torno a la antimonumenta, para protestar por la poca atención de las autoridades hacia los casos de acoso en universidades y en apoyo a Mónica, una estudiante que denunció penalmente y que este lunes iniciará el proceso ante las autoridades.
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Margo Mendoza, de la Red de Mujeres, exigió el derecho a sentirse seguras en su propia ciudad y lamentó la situación que se suscitó en la Universidad Anáhuac Mayab, donde se ha desatado una situación de temor de las estudiantes a recibir represalias por haber sacado a la luz los casos de acoso. Pidió asimismo que en dicho centro educativo se aborde el tema en las clases de humanidades, pues lamentó que hasta el momento haya total cerrazón por parte de los docentes y el desinterés para platicar sobre estos hechos.
Al parecer, abundó la entrevistada, el objetivo es callar para evitar más escándalo.
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Señaló que, incluso, algunas chicas han sido amenazadas por haber revelado las identidades de los acosadores, quienes utilizaron una cuenta de telegram para difundir imágenes de estudiantes de la UADY, de la Anáhuac y la Marista. Destacó que se trata de gente que, por su estatus de alto poder, se sienten protegidos e inmunes, lo que provoca temor a represalias.
Inconsistencias
Rosa Cruz Pech, otra de las manifestantes, pidió la intervención efectiva de las autoridades para llevar este caso hasta sus últimas consecuencias e hizo un llamado a las universidades a que cuenten con un protocolo de asistencia y seguimiento a víctimas de acoso y abuso que realmente sea efectivo, pues en el caso de la UADY solo es efectivo durante un año, no obstante que el proceso emocional puede llevar hasta dos años o más, además de que no toma en cuenta la violencia digital, por no estar explícitamente definido.
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Exhortó, asimismo, que haya un acompañamiento emocional y legal a las víctimas de estos casos.