Juan Manuel Contreras
En el marco del Congreso Nacional de Marsupiales Americanos que se llevó a cabo en Mérida, la Dra. Celia Selem lamentó que en Yucatán se continúe estigmatizando a las zarigüeyas a pesar de los importantes servicios ecosistémicos que brindan al estado.
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Las zarigüeyas -o zorros, como se les conoce comúnmente en la región- resultan ser imprescindibles agentes en misiones como la dispersión de semillas y la polinización. No obstante, en la entidad se les sigue exterminando.
La Dra. Selem condenó la percepción que tiene la sociedad sobre este mamífero único en América a razón de su aspecto que deriva en fobia y rechazo por parte de personas que no comprenden la importancia de su existencia.
Además, abundó durante la inauguración del Congreso, son un factor clave en el estudio de la zoonosis, correspondiente a enfermedades de los animales que son transmitidas a los seres humanos por contagio directo o indirecto.
Estos marsupiales, explicó Enrique Valdés, director de la asociación civil Tlacuatzin, marsupiales pertenecen a la fauna sinantrópica, lo que significa que son animales que viven en ecosistemas perturbados como ciudades y han logrado sobrevivir a pesar del impacto del hombre.
Persiste estigmatización de las zarigüeyas en Yucatán
Además, dijo, fungen como un indicador ambiental, pues si un mayor número de zarigüeyas se enferma, han notado que el patrón para que esto ocurra, es que la zona carezca de áreas verdes y proliferen perros y gatos en situación de calle.
De la conciencia social sobre la relevancia de estos marsupiales, Enrique Valdés celebró que existan avances en este rubro, al considerar que la zarigüeya es un animal que transmite empatía por sus rasgos faciales y tipo de pelaje.
“En estos años he visto un gran cambio, pues antes las personas las agredían directamente con fuego, machetes y palos, lo que sigue sucediendo, pero ahora estos casos son muy bajos, antes eran frecuentes”, mencionó.
Sin embargo, hay otras amenazas para estos mamíferos como los ataques de gatos, lo que ocurre porque gunas personas dejan libres a sus felinos cuando, consideró, deberían permanecer en casa. También pueden ser atropelladas.
La parte negativa de la empatía generada a partir del carisma de las zarigüeyas radica en que algunas personas piensan que pueden ser mascotas, lo cual aseguró el especialista, es falso al tratarse de un animal silvestre.