Desde el año de 1995 la comunidad de San Crisanto en Yucatán decidió tomar cartas en asunto y trabajar para recuperar el manglar que había sido impactado por huracanes, pero también por la construcción de carreteras que impidió el libre flujo de agua, y al día de hoy ha logrado la recuperación de por lo menos 90 por ciento del mangle, destacó José Inés Loría Palma.
El presidente de la Fundación San Crisanto y director de operación del Ejido San Crisanto, expuso que una de las fortunas de este trabajo que se ha hecho es que la comunidad siempre ha vivido cerca del manglar y ello permitió tomar acciones.
“Nos basamos en mantener la cubierta de agua y para mantenerla solo había dos formas, reestablecer canales que se habían azolvado y desazolvar. Cuando empiezan a poner las carreteras trasversales impiden el flujo de agua de oriente a poniente y esto afectó”, expuso.
Reiteró que se hicieron las carreteras sin considerar ni cuantificar cuál era el flujo de agua y que consideraran los suficientes pasos de agua para que esa corriente se mantuviera.
“No fue lo suficiente y lo demás se vuelve un muro de contención que impedía el flujo libre del agua y de la aportación de nutrientes y también el paso de los alevines y las especies que van del mar a la ciénaga”, expuso.
Luego, en el año 1995 hubo un fuerte impacto de los huracanes Ópalo y Roxana y fue cuando “decidimos tomar cartas en el asunto, porque esos dos huracanes dejaron mucha agua que se metió a la comunidad y nos sentamos un día y dijimos necesitamos hacer pasos de agua en la carretera”.
Luego, de las 850 hectáreas de manglar con que cuenta el ejido se vieron afectadas sobremanera en el 2002, con el paso del huracán Gilberto que lo degradó casi en su totalidad, pero al día de hoy se ha logrado la recuperación del 90 por ciento, en la mayoría, gracias a reestablecer los flujos de agua.
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Se logró un proyecto exitoso de flujo de agua que ha permitido la recuperación del mangle, tanto así que cuando llegó la Tormenta Cristóbal en 2020 en una semana se había filtrado toda el agua que cayó, cuando antes la inundación duraba meses.
Este trabajo se ha llevado a cabo mediante la extracción de sedimentos a pico y pala para desazolvar los canales de agua, siempre con la participación de la gente de la comunidad, con lo que se realizaron 11 mil 300 metros.
Lo anterior ha permitido, por ejemplo, la llegada en 2022 de unos 20 mil flamencos americanos que eligieron la Reserva Estatal Ciénagas y Manglares en el puerto de San Crisanto para su temporada de anidación.
Fue un hecho poco común ya que, históricamente, los flamencos eligen la Reserva de la Biosfera “Ría Lagartos”. José Inés Loría Palma dijo que los especialistas han señalado que este hecho está relacionado con este trabajo de conservación que se ha hecho en la zona.
“Los especialistas dicen que todo el trabajo hecho de restauración y conservación del manglar ha sido importante. Consideran que la restauración que se dio en la zona de 11 mil 300 metros de canales ayudó a que la colonia del 2022 se estableciera en San Crisanto”.
“Se contaron 10 mil 400 nidos con un total de pollos vivos de 4 mil 800, al final con una reproducción exitosa”, expuso.
Añadió que, además, el manglar está aportando agua, agua dulce que trae nutrientes que aportan la producción de algas, peces, alevines, artemia, mosca de agua y otros vertebrados menores que sirven de alimento a los flamencos.
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