En la entidad habitan 34 mil 699 féminas que se identifican como parte de la comunidad afromexicana y que representan 1.5% de la población estatal, destacan informes oficiales en el marco del Día Mundial de la Mujer Afrodescendiente.
Según el censo, hay 69 mil 599 individuos en el estado que conforman este sector poblacional, de las cuales, 50.1% son hombres y 49.9%, mujeres; además, 26.9% indicó que habla una lengua indígena. En total, representan alrededor del 3% del grueso de habitantes en Yucatán, que asciende a 2 millones 320 mil 898 personas.
Presentes, féminas que son afrodescendientes
Aunque en casi todos los municipios hay población afrodescendiente, los que reportan mayor presencia son Mérida, con 28 mil 251; Kanasín, con 4 mil 854; Tizimín, con 3 mil 565; Valladolid, con 2 mil 811; Chemax, con 2 mil 352; Espita, con mil 272; y Progreso, con mil 150.
En contraste, los que reportan menos población de afrodescendiente con Cenotillo, con 10 personas; Chikindzonot, con 12; Cansahcab, con 30; y Buczotz, con 47.
HISTORIA
Este grupo social en Yucatán data prácticamente de la llegada de los españoles durante la Colonia, destacó Jorge Victoria Ojeda, investigador del Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi”.
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Si bien esta comunidad tiene presencia desde el Siglo XVI en Mérida, ha sido borrado de la historia fundacional de la ciudad, por lo que es complicado definir sus aportes a la cultura de la región.
Detalló que desde 1567 hay registros de personas de origen africano que llegaron a la entidad y que se casaban con mujeres mayas para asegurar que sus descendientes fueran libres.
Sin embargo, explicó que el vientre es el que daba la libertad, por lo que el hijo era libre si nacía de una mujer maya, pero si nacía de una mujer esclava que se casaba con un hombre indígena, el bebé estaba destinado a ser esclavo.
Aunado a ello, desde 1517 se tiene registro de que en la isla de Cozumel había la presencia de españoles, africanos e indígenas, cuando llegó Hernán Cortés, según narró Bernal Díaz del Castillo en su libro.
Aunque muchos africanos llegaron como sirvientes o esclavos, otros formaron parte de las tropas que conquistaron, por lo que se ha hablado también de los negros conquistadores y que, en algunos casos, incluso destacaron y obtuvieron beneficios y prebendas por parte de los españoles.
Victoria Ojeda ejemplificó el caso de Sebastián Toral, que aparece como un personaje destacado en la región, pero hay otros también en otras partes del país.