La pesca ilegal no solo afecta a las especies marinas, sino también a las comunidades pesqueras que pescan de manera legal, porque se pone en riesgo la existencia del recurso marino, por lo que urge que se pongan en marcha normas que garanticen la trazabilidad de los pescados y mariscos que consumimos, expuso Mariana Aziz, directora de Campañas en Transparencia de la agrupación Oceana.
Expuso que en el caso de Yucatán, como en el resto del país, las autoridades de la Conapesca han reconcido que hasta un 40 por ciento de las especies que se consumen podrían provenir de la pesca ilegal, además de que una buena parte de la población no confía en la legalidad del pescado y mariscos que consumen.
No hay certeza de dónde viene el pescado que consumimos
También, dijo que se ha detectado que la zona de Arrecife Alacranes ha sido objeto de pesca ilegal pues se han detectado embarcaciones en la zona núcleo, donde no debería haberlas.
“Nos enfocado a estudiar y buscar soluciones para este tema, ya que consideraos que es una gran amenaza para la salud de los mares y las propias comunidades pesqueras que viven de esta actividad y que hacen su actividad con apego a las leyes”.
“En el caso del país y de Yucatán, la propia autoridad, en este caso la Conapesca, ha dicho que la pesca ilegal no regulada y no declarada en México supera el 40 por ciento de la captura; es muy difícil poder conseguir datos de otros espacios y nos apegados a estas cifras y parece que no se ha hecho mucho para disminuir la cifra”, expuso.
Además, dijo que en Arrecife Alacranes han hecho estudios sobre posible actividad ilegal en el área Natural Protegida y a través de un monitoreo satelital se pudo detectar que de 2012 a 2019 hubo 68 embarcaciones con posible actividad pesquera dentro de la zona núcleo, donde están los arrecifes de coral, un espacio de reproducción gran diversidad de vida marina y donde no debería haber esta actividad.
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“La autoridad debería vigilar que esto no sucede porque se puede poner en riesgo la disponibilidad de especies para pescadores que si cumplen con la Ley y, además, se ponen en riesgo ecosistemas como los arrecifes de coral”, dijo.
También, expuso que Oceana hizo una encuesta entre consumidores y, en el caso de Yucatán que hay una cultura muy de comer productos frescos del mar, entre el 85 y el 90 por ciento dijo estar preocupada por el origen del pescado y mariscos, cifra por encima del promedio nacional.
“Por eso, desde el 2020, hemos estado impulsando una norma de trazabilidad para saber de dónde viene la pesca, cómo se realiza, quién la realiza, para saber si el producto que consumimos proviene de la pesca legal”.
“Al final, lo que hemos visto es que no hay controles suficientes y entonces la pesca en periodos de veda, sin permiso, en zonas restringidas, Áreas Naturales Protegidas y sus zonas núcleo, las especies prohibidas está ingresando a los mercados y no podemos diferenciar el producto legal del ilegal”, expuso.
“Es un problema que se reconoce y es grave, pero afecta a los organismos marinos y a los que pescan de forma legal y tienen que competir de forma desigual en los mercados con el producto ilegal”, dijo.
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