por Abraham Bote Tun
En 2024, Yucatán cuenta con un total de mil 984 establecimientos dedicados a la venta de alcohol, de los cuales mil 335 son expendios de cerveza y 649 licorerías, de acuerdo con información de la Secretaría de Salud de Yucatán (SSY) y el Ayuntamiento de Mérida.
Municipio con mayor concentración
Mérida es el municipio con mayor concentración de estos comercios con 806 establecimientos: 294 licorerías y 512 expendios de cerveza.
En la capital yucateca, las zonas con mayor presencia de estos comercios son el Centro Histórico, Ciudad Caucel y Francisco de Montejo.
El segundo lugar lo tiene Kanasín con 185 (97 licorerías y 88 expendios), seguido de Tizimín con 79 locales (10 licorerías y 69 expendios), impulsados por el crecimiento comercial y poblacional de la región.
En la lista también destaca el puerto de Progreso con 68 establecimientos (16 licorerías y 52 expendios), Valladolid conta con 62 comercios 62 (39 licorerías y 23 expendios), municipios que tienen una importante actividad comercial y auge turístico.
Por último está Umán que tiene 56 locales (10 licorerías y 46 expendios), también se destaca como un municipio en expansión, beneficiado por su proximidad con Mérida.
Trámites
La autoridad municipal entrega dos tipos de permisos, el primero es Factibilidad de Uso de Suelo, el cual permite tramitar licencias de funcionamiento para expendios de cerveza y licor; el segundo es la Licencias de Uso de Suelo, que ésta condicionada a normativas específicas según las zonas, como áreas barriales o de mediano impacto.
Empresas como Las Cervezas Modelo del Sureste S.A. de C.V. es de las principales beneficiarias de estos permisos, seguidas por CELVILLAG S.A. de C.V.
El año 2017, Mérida expidió 10 permisos, especialmente en las colonias Centro y Ciudad Caucel, en contraste, en años como 2013 y 2023 hubo una actividad más moderada, con solo tres y dos licencias aprobadas, respectivamente.
Los fraccionamientos Francisco de Montejo y Sodzil Norte cuentan con cuatro y dos licencias, respectivamente; las comisarías Cholul y Dzununcán también figuran en el mapa de permisos.
De todas las licencias otorgadas, el 86% corresponde a expendios de cerveza (60 licencias), seguidas por licorerías (cinco) y otros negocios con venta de alcohol, como boutiques y tiendas de regalos (cinco).
DIFICULTADES
La creciente instalación de expendios de bebidas alcohólicas en zonas urbanas genera complicaciones para proyectos de desarrollo urbano y emprendimientos en terrenos colindantes, como la construcción de escuelas u otros espacios en beneficio para los vecinos.
Eduardo Monsreal Toraya, integrante del Observatorio de Movilidad Sostenible de Mérida indicó que, aunque los permisos de uso de suelo para este tipo de establecimientos requieren evaluaciones y aprobaciones específicas, su presencia puede restringir las posibilidades de otros usos, como la construcción de escuelas, estancias infantiles y viviendas.
El proceso para establecer expendios incluye trámites adicionales, como aprobaciones en Cabildo y la validación de organismos de salud. Sin embargo, la ubicación de estos negocios afecta negativamente la plusvalía de los terrenos vecinos y complica la obtención de licencias para otros proyectos.
“Las restricciones derivadas del Programa Municipal de Desarrollo Urbano impactan principalmente en zonas urbanas donde proliferan los expendios de alcohol. Esto no solo afecta la tramitología, sino que limita el desarrollo de espacios como escuelas u hospitales”, dijo.
Implicaciones sociales
En colonias populares, donde ya persisten problemas de alcoholismo, la apertura de más expendios podría agravar el contexto social. Esto, según los especialistas, responde a un problema estructural en el que las condiciones de vida adversas llevan a refugiarse en el alcohol.
“Debería hacerse un análisis riguroso sobre los impactos urbanos y sociales de estos establecimientos. Hay efectos colaterales tanto en la compatibilidad de usos de suelo como en la vida de los vecinos”, agregó el especialista.
SALUD MENTAL
Por su parte, el psicólogo y antropólogo Sergio Andrés Moreno Cabrera, especialista en salud y cultura, explica que, aunque el aumento de expendios facilita el acceso al alcohol, no es el único factor que contribuye al abuso.
“No hay una correlación directa entre el número de expendios y el consumo excesivo de alcohol. Por ejemplo, en Ciudad de México, la venta es prácticamente 24/7, los índices de intoxicación son menores comparados con Yucatán”, señala.
Cultura ambivalente de la región
Moreno argumenta que la clave está en la cultura ambivalente de la región. “Por un lado, se sataniza el consumo de alcohol, pero al mismo tiempo es ampliamente aceptado y celebrado. Esta relación ambigua se ve reflejada en canciones como Yo quiero chupar de los Super Lamas, que normalizan las consecuencias negativas del abuso”.
Además, explica que en Yucatán el consumo suele concentrarse los fines de semana, pero con una intensidad que lleva a la intoxicación de la disponibilidad de expendios.
El alcoholismo en Yucatán
Este no sólo representa un problema físico, sino también mental. Según datos del Inegi en 2023, el estado ocupa el segundo lugar en suicidios en el país.
Moreno señala que esta actividad está estrechamente ligada al consumo de alcohol y a la falta de infraestructura para atender temas de salud mental.
“El acceso a servicios de salud mental es limitado, y las políticas públicas no han sido efectivas ni en regular la venta clandestina ni en fomentar una educación reflexiva sobre el consumo de alcohol”, añade.
Más que implementar medidas punitivas o prohibicionistas, el especialista destaca la importancia de apostar por la atención a la salud mental, garantizar el acceso a servicios de salud para tratar problemas como la ansiedad, el estrés y la depresión.
Moreno propone un enfoque que trascienda la prohibición o la moralización del consumo. “Desde hace más de 100 años se intenta educar sobre los daños del alcohol. No se trata solo de decir que está mal, sino de entender cómo nos relacionamos con el alcohol y fomentar una reflexión cultural”.

