Foto: Juan Manuel Contreras

Tras cinco años de ausencia, el colorido y la solemnidad del Janal Pixán regresaron al centro histórico de Mérida con la muestra estatal de altares, que se inauguró este jueves en la Plaza Grande.

Alrededor de 80 dependencias estatales y municipales participaron en este homenaje a los fieles difuntos, un evento que congregó a cientos de locales y turistas.

La lluvia no detuvo

A pesar de la lluvia que se dejó caer sobre la capital yucateca, la afluencia fue constante. Decenas de personas se acercaron a los altares perfumados con copal y adornados con fotografías, comida tradicional y flores de cempasúchil, elementos característicos de la celebración del Día de Muertos. 

La música y los bailes tradicionales también formaron parte de esta celebración que rinde tributo a los seres queridos que ya no están.

Uno de los puntos de mayor interés fue el Altar Monumental, que capturó la atención de los visitantes con su imponente diseño y detallada decoración. 

“Es hermoso poder ver cómo se honra a nuestros antepasados de una forma tan colorida”, compartió Lucía, una turista de Ciudad de México, quien aprovechó su viaje para vivir esta tradición. “Aunque llovió, la magia del evento no se perdió; al contrario, creo que le dio un toque especial”, dijo.

Hanal Pixán como un símbolo de identidad y unidad

A las 14 horas, el gobernador de Yucatán, Joaquín Díaz Mena, se unió a la celebración y recorrió los distintos altares.

Durante su intervención, Díaz Mena hizo un llamado a la sociedad yucateca a continuar promoviendo las tradiciones. 

“Después de cinco años, la muestra estatal de altares vuelve a la Plaza Grande, y es motivo de orgullo para todos los yucatecos,” expresó. El mandatario subrayó la importancia de conservar el Hanal Pixán como un símbolo de identidad y unidad.

Cada altar en la muestra contó una historia. Desde homenajes a familiares hasta tributos a personajes ilustres de Yucatán, como Felipe Carrillo Puerto, los altares exhibieron un rico abanico de elementos que celebran la vida y la muerte. 

María José Ek, originaria de Hunucmá, quien participó en el montaje de un altar dedicado a su bisabuelo, comentó: “Es una forma de recordar a quienes ya no están y mostrar a los más jóvenes de dónde venimos”.

Por su parte, entre los asistentes, José Ángel Pérez, habitante de Mérida, expresó: “Es impresionante ver tantos altares juntos. Mi abuela siempre ponía su altar en casa, y estar aquí me hace sentir cerca de ella”.

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