Yucatán ha experimentado un aumento significativo en la presencia de población extranjera en su territorio, pues según la Secretaría de Gobernación (Segob) la cantidad de personas nacidas fuera del país se duplicó entre 2015 y 2023, al pasar de 8,731 a 17,781 personas.

Los principales países de origen de estas personas son Estados Unidos, Cuba y Venezuela, y Mérida se destaca como el principal punto de
residencia, concentrando el 78.6% de esta población, según la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas de la Segob.

Este fenómeno es impulsado principalmente por individuos que eligen la entidad como lugar de retiro, de inversión y empleo con una mediana de edad de 43 años, la más alta a nivel nacional para este grupo.

El número de solicitudes de refugio en México ha crecido considerablemente en los últimos años, aunque Yucatán no es uno de los principales destinos para personas que buscan protección internacional.

En 2021, se emitieron 187 Tarjetas de Residente Permanente por razones de refugio o protección, colocando a la entidad en el lugar número 18 a nivel nacional.


Además, el programa de Tarjeta de Visitante por Razones Humanitarias, que otorga protección provisional, registró 237 tarjetas emitidas en 2021, siendo Venezuela el principal país de origen de los
beneficiarios.

En 2023, Yucatán se ubicó en el sexto lugar a nivel nacional en la emisión de Tarjetas de Residente Temporal (TRT) con 2,376 documentos,
de acuerdo con los documentos de migración de la Segob.


Uno de los testimonios que ilustran esta tendencia es el de Ernesto Díaz, un cubano de 53 años que lleva residiendo 15 años en Mérida. Su relación con la capital yucateca comenzó cuando solía venir por motivos laborales, pues trabajaba para una farmacéutica.

Al principio, contó, obtuvo una visa válida por 10 años, y luego logró la residencia permanente.

“Somos honrosamente ciudadanos mexicanos. Aquí llegamos luchando, trabajando”, comenta don Ernesto quien hoy administra una tienda de abarrotes al norte de la ciudad.

Según él, Cuba es un país complicado para vivir, con salarios muy bajos y una persecución hacia aquellos que no encajan en el pensamiento político, económico y social prevalente en la isla.


Estos factores, añade, lo llevaron a migrar a México, pues era imposible para él permanecer en Cuba debido a las condiciones políticas, ideológicas y económicas.


Otro caso es el de Michael Wilson, un estadounidense jubilado que lleva siete años viviendo en Mérida. Wilson, quien fungía como abogado en su natal Chicago, menciona que su relación con Yucatán comenzó por recomendación de amigos avecinados en el estado.


“Nunca me imaginé que terminaría viviendo aquí”, confiesa. El clima cálido de la región fue una de las principales razones que lo llevaron a asentarse en la ciudad. “No cambiaría este clima por nada”, afirma mientras luce ropa holgada, shorts y sandalias. Como muchos otros expatriados, él pasa un par de meses cada verano visitando a su familia en Estados Unidos, pero siempre regresa a Mérida, donde disfruta de su retiro.


La llegada de extranjeros como Ernesto y Michael es parte de un proceso mayor. Yucatán se ha posicionado como un destino atractivo no solo para jubilados y expatriados, sino también para personas que migran dentro de México, impulsadas por factores como la violencia o los desastres naturales.

A pesar del aumento de la población extranjera y de los eventos de tránsito irregular, Yucatán no cuenta con marcos normativos específicos para atender las necesidades de estas personas.

Los programas existentes se enfocan principalmente en los yucatecos que residen en el extranjero o en situación de retorno. La falta de normativas locales representa un desafío en la atención de la movilidad humana en la entidad.

fvc

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