En Mérida, dos grupos de comerciantes enfrentan realidades contrastantes en medio de un clima económico incierto, pues mientras los vendedores de carne del mercado de  San Benito luchan por mantener sus ventas sin incrementar los precios, los locatarios de la Central de Abastos se preparan para un segundo semestre con buenas expectativas, pese a las fluctuaciones de precios y la desinformación.

En el Mercado San Benito, los vendedores de carne como Juan Luis han decidido no subir los precios a pesar de la inflación. 

Sin embargo, las ventas han disminuido notablemente debido a la temporada vacacional y los gastos escolares. 

Juan Luis comenta que la carne, aunque no ha subido de precio, se ve afectada por el incremento en los precios de las verduras. 

Las familias que antes podían comprar carne con 800 pesos ahora encuentran difícil hacerlo, ya que el costo de las verduras ha aumentado casi al doble. Esta situación ha hecho que la carne se considere un lujo para muchos.

A diferencia de los vendedores del Mercado San Benito, los comerciantes de la Central de Abastos, liderados por Nora Pérez Pech, enfrentan la inflación con expectativas positivas para el segundo semestre del año.

La administradora general señala que, aunque la inflación ha afectado a los locatarios, las proyecciones para los meses de octubre a diciembre son favorables. 

Las variaciones de precios en productos específicos, como el plátano, el cilantro y el rábano, debido a las condiciones climáticas, han sido un desafío. 

Las lluvias recientes causaron un aumento en los precios del plátano, mientras que la alta demanda también afectó el costo del cilantro y el rábano. 

Estas fluctuaciones dificultan que los locatarios mantienen un suministro constante de productos, habiendo recibido aproximadamente 2 mil toneladas menos este mes.

La esperanza de los vendedores del Mercado San Benito radica en el final de la temporada de vacaciones y el regreso a clases. 

Confían en que, una vez pasados estos periodos, las ventas se regularicen y alcancen un buen ritmo. 

La temporada baja se atribuye principalmente a que muchas personas salen de vacaciones fuera de la ciudad o reservan sus gastos para los útiles escolares. Por otro lado, la Central de Abastos espera un buen desempeño en los últimos meses del año, impulsado por la temporada de Hanal Pixan y la cosecha de cítricos como limón, mandarina, naranja dulce y agria. 

El año pasado, la Central de Abastos rebasó las 11 mil toneladas en el último trimestre, en comparación con un promedio mensual de 9 mil toneladas

La temporada de cítricos es una época en la que muchos clientes locales buscan estos productos, lo que genera expectativas de buenas ventas para los comerciantes.

Un problema adicional que enfrentan los locatarios de la Central de Abastos es la desinformación sobre el costo de la canasta básica. 

Nora Pérez Pech aclara que esta información errónea castiga a los vendedores, ya que muchos de los productos mencionados no se venden en la Central. 

Por ejemplo, no hay tortillerías ni ventas de pescado, y en cuanto a carnes, solo hay una tienda que funciona como distribuidora. La difusión de que la Central de Abastos tiene los precios más altos y solo vende al mayoreo afecta negativamente a los locatarios, que en realidad también venden al menudeo.

Agencia Quadratín

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