Foto: Juan Manuel Contreras

En los pasillos del Cementerio General, donde hasta hace algunos años se entremezclaban el aroma a cempasúchil, las velas encendidas y las voces de familias recordando a sus difuntos, hoy predomina el silencio.

Son contadas las tumbas que lucen recién pintadas o con flores frescas, y apenas unos cuantos visitantes recorren el camposanto en el marco del Janal Pixán, una tradición que parece diluirse con el paso del tiempo, por lo menos en el recinto.

El Cementerio General, cada vez más solo en los días de muertos
Foto: Juan Manuel Contreras

Ya no es como antes, antes veníamos todos, mis hijos, mis hermanos, hacíamos comida y pasábamos casi todo el día aquí. Ahora cada quien tiene sus cosas y ya ni se acuerdan”, comenta doña Eulalia Pech mientras acomoda un ramo de flores en la lápida de su madre.

Yo vengo sola, porque es lo que me enseñaron mis papás, pero veo el panteón muy vacío, lamentó.

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Menos visitantes y oficios en declive

A unos metros, José Antonio Canché, albañil especializado en el mantenimiento de tumbas, observa las lápidas sin intervenir. Explica que años atrás comenzaba a recibir encargos desde mediados de octubre, pero este 2025 apenas tuvo trabajo.

“Antes no me daba abasto, ahora la gente ya no quiere gastar, dicen que está todo muy caro. Me piden sólo limpiar tantito o pintar una cruz. La verdad, ya no es como antes”, reconoció.

El Cementerio General, cada vez más solo en los días de muertos
Foto: Juan Manuel Contreras

Las floristas del cementerio también lo resienten. Por ejemplo, María del Socorro Tun, quien lleva más de dos décadas vendiendo flores a la entrada del camposanto, cuenta que las ventas han bajado más de la mitad en comparación con años anteriores.

Mis proveedores subieron el precio del cempasúchil y del terciopelo, y la gente ya no compra como antes. Antes me acababan todo el 31 y el primero, ahora me llevo la mitad de regreso”, dijo.

Tradición que resiste entre el bullicio de la ciudad

Aunque el Ayuntamiento de Mérida impulsa actividades culturales y turísticas como el Paseo de las Ánimas, que año con año reúne a miles de asistentes, el contraste con el ambiente en el Cementerio General es evidente.

El Cementerio General, cada vez más solo en los días de muertos

Afuera del camposanto aún hay movimiento, pero dentro, los pasillos parecen ajenos al bullicio de la ciudad.

Da tristeza porque el Janal Pixán no era sólo fiesta, era venir a verlos, a recordar, expresó don Ernesto Tzuc, quien acude cada año a visitar a su esposa. “Ahora la mayoría prefiere ir a los eventos, tomarse fotos con los altares, pero los muertitos siguen aquí, esperando”.

El Cementerio General, cada vez más solo en los días de muertos