El Consejo Comunitario de Kinchil denunció públicamente que la empresa Crío está destruyendo las ruinas del antiguo sitio arqueológico Tzemé, lo que califican como un ecocidio y etnocidio, al afectar el pasado histórico y el entorno natural de la región.
Antecedentes históricos del sitio Tzemé
De acuerdo con Federico May, representante del consejo comunitario, Tzemé fue una capital regional que llegó a albergar más de 10 mil habitantes, con vínculos comerciales hacia Campeche y Tabasco a través de la ría de Celestún. Según especialistas del INAH, al menos un kilómetro a la redonda de la estructura principal debe permanecer protegido, ya que contiene importantes vestigios arqueológicos.
Sin embargo, Crío ha devastado terrenos a solo 300 metros del sitio, removiendo tierra y destruyendo basamentos, pirámides, sepulturas y plataformas para construir nuevas naves industriales. Esta zona, además de su relevancia histórica, forma parte de una selva baja caducifolia, hogar de múltiples especies de fauna silvestre.
Denuncias y afectaciones a la comunidad local
El 16 de octubre, el Consejo Comunitario de Kinchil presentó una denuncia formal ante el INAH, exigiendo detener la destrucción del sitio. Federico May afirmó que alrededor de seis hectáreas ya fueron devastadas, lo que representa un daño irreversible al patrimonio cultural del pueblo.
Por su parte, Félix Antonio Canul Canul, campesino de Kinchil, explicó que Crío derribó los cercos de las tierras que su familia trabaja desde hace cuatro generaciones, afectando su sustento basado en la ganadería y apicultura.
🛑 Denuncian destrucción del sitio arqueológico Tzemé en Kinchil. Urgen acciones para proteger el patrimonio histórico y natural de Yucatán.
— 24 Horas Yucatán (@24horasYucatan) October 30, 2025
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Reacción del INAH ante las denuncias
De manera informal, el INAH indicó que la obra fue clausurada y que se inició un procedimiento contra la empresa Crío. No obstante, la comunidad permanece en alerta, pues aún no se confirma si la destrucción ha cesado completamente o si las actividades continúan.
Mientras tanto, los habitantes de Kinchil mantienen su llamado a las autoridades para proteger el patrimonio histórico y natural del Tzemé, símbolo de identidad y memoria del pueblo yucateco.

