Voz de tinta
Jorge Pacheco Zavala
Cada lector es único.
¿Alguna vez te has detenido a pensar qué tipo de lector eres?
Todos tenemos un estilo y una forma de comportarnos ante la lectura. Todos, de una u otra manera, reaccionamos diferente ante el fenómeno lector.
La naturaleza de los lectores es tan variada, como ejemplares tiene un librero. Veamos qué tipo de lector somos. Aquí te presento 12 perfiles de lectores modernos…
El lector obstinado
Este lector no suelta un libro hasta que lo termina. No se permite interrumpir su lectura hasta que llega al final. Puede vérsele comer mientras lee, asolearse mientras lee, hablar por teléfono mientras lee, ir en tren mientras lee…
El lector arqueólogo
Para este lector la lectura representa un descubrimiento. No lee nada que no haya sido producto de una larga lucha arqueológica. Su mayor satisfacción descansa en el hecho de que ha aportado al mundo lector un título que prácticamente nadie conocía.
El lector rumiante
Es un espécimen raro, pero existe en las junglas citadinas. Es uno que no abandona un libro hasta que lo ha exprimido en su totalidad, luego de tres o cuatro lecturas. Su mayor hazaña radica en conocer detalles minuciosos de la obra, del autor y de su contexto.
El lector distraído
Tal vez tú seas uno de estos lectores, a quienes no les importa mucho el tiempo que un libro habite a su lado. He conocido casos en que uno de estos especímenes ha pasado meses tratando de terminar una historia. Y no es que esté mal, solo que pareciera ser que, de alguna manera, el libro va gradualmente enfriándose hasta que se nos pierde el interés por la historia.
El lector optimista
A este lector solo le gustan los libros de autoayuda y literatura light, podrás encontrar por toda su casa títulos como Volar sobre el pantano, El alquimista, Caldito de pollo, Caballo de troya 12, El monje que vendió su Ferrari, y una infinidad de etcéteras…
El lector pulpo
Este lector es audaz. Tiene siempre una novela en su oficina, la cual visita para desestresarse, pero en su casa, al llegar de su trabajo, tiene en su buró de noche un libro de autoayuda; sin embargo, si se trata de viajar, tiene un ligero volumen de poesía. Hay otro para los fines de semana, a esta antología de cuento recurre sistemáticamente, pues para esos días prefiere lo breve y variado.
El lector fan
Este es el clásico lector que solo lee a un autor o autora. La razón: le gustó el primer libro que leyó de él o ella, y después de eso, le pareció que nadie escribía igual. Se volvió fan y seguidor. Tiene todas las sagas y al menos uno de sus ejemplares está firmado.
El lector tóxico
Sí existe. Es aquel que a toda costa busca que el mundo entero lea el libro que recién ha descubierto, está dispuesto incluso a regalarlo.
El lector idealista
Es el lector que sueña con ser escritor y parecerse a alguno de los autores que lee. A pesar de que sueña con escribir, nunca se ha decidido a aprender el oficio, su deseo es más producto de un romanticismo idealista.
El lector coleccionista
Todos somos un poco así. Compramos libros que nunca leemos, sin embargo, cuando en la conversación surge el tema de esa novela, de inmediato levantamos la mano para decir que lo tenemos. Tenerlo no garantiza leerlo.
El lector fachada
Es el clásico lector no lector que apantalla a todo mundo. Pero asegura que ha leído La Ilíada, El quijote, Cien años, La divina comedia, Los hermanos Karamazov, Ana Karenina, Rayuela, El Ulises, Las fábulas de Esopo y más…
Su secreto más oscuro es que lee sinopsis de media cuartilla para estar enterado.
El lector discreto
Este es el mejor de todos. Es un lector de bajo perfil, nunca trata de impresionar a nadie con sus lecturas, sin embargo, cuando por accidente en medio de una conversación se filtra lo que ha leído, provoca el asombro de todos.