Foto: Cortesía

VOZ DE TINTA

Jorge Pacheco Zavala

En términos generales, todos, de alguna manera le rehuimos al ocio, o los mal llamados momentos improductivos.

¿Quién de nosotros no se ha sentido aburrido en medio de un día cualquiera? Y es que el aburrimiento es algo que nos hace parecer vagos, desocupados e infructuosos.

Sin embargo, nada más lejos de la verdad. El aburrimiento suele ser una búsqueda interna a través de la cual uno puede conseguir hallazgos valiosos e inesperados.

El mayor dramaturgo y novelista alemán lo expresó de esta forma: El aburrimiento es una mala hierba, pero también una especia que hace digerir muchas cosas. Goethe.

Los lapsos de transición entre una tarea y otra, demuestran que la creatividad permanece expectante para entrar en acción apenas le damos la oportunidad. Es en estos vacíos que, a modo de espasmos, nos descubrimos creativos y con la inventiva a la mano.

Los momentos de ocio son esencialmente creativos, debido a que en ellos suelen coincidir imágenes dispares, lo que al final provoca que el foco de las ideas se encienda. Es sano permitirle a nuestra mente divagar, y para lograrlo, deberemos evitar a toda costa llenar los vacíos con entretenimiento como redes sociales, juegos o series interminables.

Al realizar un estudio, las psicólogas Karen Gasper y Brianna Middlewood, de la Universidad del Estado de Pensilvania, descubrieron que el grupo de participantes que estaban aburridos, obtuvieron los mejores resultados en un test de creatividad, a diferencia de quienes se encontraban relajados o se sentían eufóricos.

La expresión soñar despierto, tiene que ver con el acto de imaginar aquello que en la realidad parece imposible de lograr. Todo silencio interno nos hará más receptivos a las ideas y a las luces creativas del camino. Esto implica hacer un alto para acallar todas las voces que nos persiguen. El objetivo será siempre convertirnos en contenedores de ideas creativas, modos distintos de abordar un mismo asunto, e incluso, aunque parezca desafiante, el tan temido rompimiento de paradigmas.

Quienes escribimos, experimentamos eventualmente el conocido bloqueo creativo, o la estresante hoja en blanco, frente a la cual pueden sucumbir las mentes más creativas; ¡¡¡sálvese quien pueda!!! Esto sucede precisamente porque nuestra mente no se detiene nunca, pero si aprendemos y educamos a nuestro cerebro, conseguiremos tener espasmos creativos cada vez más sólidos y consistentes llamados procesos…

Date el permiso de aburrirte y mejora tu capacidad creativa.

Mérida, Yucatán.

Jpza14@gmail.com

Jorge Pacheco es escritor, maestro de Escritura Creativa y editorialista.

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