Foto: AFP/ Se hace justicias para Gisèle Pelicot

El Tribunal Correccional de Aviñón, en el sur de Francia, condenó este jueves a Dominique Pelicot a 20 años de prisión por drogar y violar a su esposa durante casi una década, un caso que conmocionó a la sociedad y marcó un precedente en la lucha contra las agresiones sexuales.

Las sentencias del tribunal

Además de Pelicot, otros 50 acusados recibieron condenas de entre 3 y 15 años de prisión por su participación en los crímenes. Aunque las penas fueron inferiores a las solicitadas por la fiscalía, el fallo fue recibido con indignación por los hijos de la víctima y colectivos feministas.

“Respeto la sentencia”, declaró Gisèle Pelicot, de 72 años, quien decidió hacer público el juicio para visibilizar la violencia de género y la sumisión química, logrando que “la vergüenza cambie de bando”.

La valentía de Gisèle Pelicot

Gisèle rechazó un juicio a puerta cerrada, un derecho de las víctimas, convirtiéndose en un ícono feminista mundial. Su decisión de exponer los crímenes atrajo a más de 180 periodistas de 86 países, generando una repercusión sin precedentes.

“Pienso en las víctimas no reconocidas, cuyas historias permanecen en la sombra. Compartimos el mismo combate”, afirmó la víctima, llamando a construir un futuro donde hombres y mujeres vivan en armonía.

Reacciones al fallo

Colectivos feministas reunidos a las afueras del Palacio de Justicia de Aviñón mostraron su descontento ante las sentencias menores. “¡Vergüenza para la justicia!”, corearon algunos manifestantes. Por su parte, la fiscalía había solicitado penas de entre 4 y 18 años.

“Los hijos de Gisèle están decepcionados por las bajas penas”, comentó un familiar cercano. Ninguno de ellos ha querido comunicarse con su padre tras la condena.

Un juicio que marca historia

Con más de 200,000 denuncias anuales de violencia sexual en Francia, asociaciones feministas esperan que este juicio transforme la percepción social y fortalezca la lucha contra la impunidad.

La ministra española de Igualdad, Ana Redondo, elogió el coraje de Gisèle en redes sociales, afirmando que “ha sentado en el banquillo al machismo y a la cultura de la violación”.

Este proceso, excepcional por su duración y gravedad, deja un mensaje claro: la justicia debe ser un faro de esperanza para todas las víctimas de violencia sexual.

AFP

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