Imposición de la ley marcial: un giro inesperado en Corea del Sur
La reciente imposición de la ley marcial por parte del presidente Yoon Suk Yeol causó una profunda crisis política en Corea del Sur.
Este fue el primer caso en más de cuatro décadas de que se aplicaba tal medida en el país. Yoon justificó la ley marcial como una respuesta a las “amenazas” de Corea del Norte, pero la situación rápidamente escaló, provocando caos en el gobierno y en el Parlamento.
Las fuerzas de seguridad bloquearon la Asamblea Nacional con casi 300 soldados para evitar el ingreso de los diputados, sin embargo, los trabajadores parlamentarios resistieron, incluso utilizando muebles y extintores para detener a los militares.
Finalmente, algunos diputados lograron entrar y votaron por la anulación de la ley marcial, lo que desató protestas masivas en las calles, con manifestantes exigiendo la destitución de Yoon
Yoon rescinde la ley marcial tras horas de tensión
Después de varias horas de tensión, Yoon apareció en televisión y anunció el levantamiento de la ley marcial, retirando a los soldados y restaurando el orden en el Parlamento. Sin embargo, el presidente se encuentra en una situación incierta, con su destino en manos de la oposición.
La crisis política no termina ahí. Seis partidos opositores han presentado una moción de censura contra Yoon, que podría votarse este viernes. La oposición tiene una mayoría en el Parlamento, lo que hace probable que la moción sea aprobada.
Si esto ocurre, Yoon será suspendido y la Corte Constitucional tendrá 180 días para emitir un fallo. En caso de destitución, se convocarían nuevas elecciones presidenciales en 60 días.
Reacción internacional ante la crisis surcoreana
La comunidad internacional expresó su preocupación por los eventos en Corea del Sur. Estados Unidos mostró alivio por la retirada de la ley marcial y pidió que los desacuerdos políticos se resuelvan pacíficamente. Mientras tanto, países como China y Rusia también emitieron declaraciones, con China instando a sus ciudadanos a tener cautela y Rusia calificando la situación de “alarmante”. Japón, por su parte, expresó grave preocupación ante los acontecimientos.