Rovaniemi, Finlandia, reconocido como el hogar de Papá Noel, enfrenta desafíos por el cambio climático mientras se acerca la Navidad.
Un Ártico cada vez más cálido
El calentamiento global transforma el Ártico a un ritmo alarmante. Según científicos, esta región se calienta casi cuatro veces más rápido que el resto del mundo.
En Rovaniemi, las lluvias reemplazan la esperada nieve, y las temperaturas alcanzan registros históricos como los 11,1 ºC en noviembre en Utsjoki, Laponia.
Papá Noel, siempre optimista, asegura que la falta de nieve no detendrá su misión de entregar regalos. Sin embargo, reconoce que el cambio climático afecta a los renos y la vida en el Ártico.
Los renos, símbolo del Ártico, enfrentan dificultades para desenterrar líquenes, su alimento principal. La alternancia de heladas y deshielo genera capas de hielo que dificultan su acceso, poniendo en riesgo a estas emblemáticas criaturas.
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Turismo navideño en Rovaniemi
A pesar de los desafíos climáticos, Rovaniemi sigue atrayendo turistas de todo el mundo. Los visitantes buscan vivir la magia de la Navidad, recorrer paisajes nevados y experimentar actividades como paseos en trineo o en moto de nieve.
María Batista Torres, visitante española, describe la experiencia como “mágica, como en las películas de Navidad”. Sin embargo, otros turistas notan la ausencia de nieve, algo que para muchos es esencial en un destino navideño.
El ajetreo en la oficina de Papá Noel
La oficina postal de Papá Noel no se detiene en diciembre. Con miles de cartas diarias, los elfos clasifican listas de deseos y mensajes llenos de esperanza.
Heidi Mustonen, una de las elfas, asegura que este año muchas cartas piden paz, reflejando los sentimientos de quienes escriben desde diferentes partes del mundo.
A pesar de los cambios, Papá Noel y su equipo mantienen viva la magia de la Navidad. “Mis renos pueden volar, así que no hay problema”, asegura el icónico personaje, recordando que la tradición sigue siendo una fuente de alegría para niños y adultos.