Restaurantes del Corredor Gastronómico de Mérida han comenzado a invadir las recién remodeladas y ampliadas aceras para expandir sus negocios limitando el espacio público para los peatones.
Los peatones recuerdan que las aceras se ampliaron este año para privilegiar a los transeúntes y no a los negocios.
El reglamento del Ayuntamiento de Mérida establece que las multas por usar indebidamente el espacio público, como las aceras, pueden oscilar entre 5 mil y 10 mil pesos.
Esta práctica, aunque ha sido bien recibida por los comensales, ha generado inquietudes sobre su legalidad, las implicaciones que tiene para la movilidad peatonal y la imagen urbana.
El corredor gastronómico que inicia en los cruces de las calles 60 y 61, continúa sobre la 47 para llegar al Gran Parque de la Pancha, fue concebido como un espacio para disfrutar de la rica gastronomía yucateca, así como fomentar el turismo, este espacio poco a poco se está posicionando como un referente en la región.
Restaurantes y cafés han visto incrementadas sus ventas, la zona se ha convertido en un punto de encuentro para locales, pero también para visitantes.
Comerciantes se justifican
Los comerciantes argumentan que la ocupación de las banquetas es una medida necesaria para atender la alta demanda de sus servicios y contribuir al dinamismo económico de la zona.
Además, aseguran que esta práctica no afecta la movilidad peatonal y embellece el entorno.
Un empleado que pidió mantener el anonimato señaló: “pusimos nuestras mesas para que el turista disfrute de la vista que tiene el corredor, es solo un pequeño espacio en la esquina en donde está el negocio y no perjudicamos el paso de la gente”, comentó.
Y es que hay que tomar en cuenta que de acuerdo al Reglamento del Ayuntamiento de la ciudad de Mérida -vigente desde la pasada administración- se indica que está prohibido que las personas dueños de establecimientos o en general coloquen anuncios u otros elementos que obstaculicen el paso de los peatones, las multas de acuerdo a ese esquema se dispusieron de los 200 pesos hasta los 100 mil
Por su parte, vecinos del rumbo expresaron su preocupación por esta situación, señalando que las banquetas son espacios públicos destinados al tránsito peatonal y que su ocupación irregular puede generar problemas de accesibilidad para personas con discapacidad, adultos mayores, entre otros.
Asimismo, manifestaron su inquietud por una eventual falta de regulación o un posible impacto negativo en la imagen urbana.
Carmen Galaz vecina de la zona de la Plancha si bien aplaudió que este espacio está más vistoso que antes, si le preocupa que las mesas con sillas de los comerciantes, particularmente de los que se encuentran sobre la calle 47 se salga de control impidiendo el libre tránsito obligando a los peatones a caminar sobre la carpeta de rodamiento.
“Si no lo controlan ahora que son pocos los negocios que están sacando sus mesas más adelante se va volver imposible, está muy bonito el corredor, sabemos que es para que el turismo venga y conozca, pero también da una mala impresión a la imagen, además que se corre el riesgo de que ocurra un accidente”, comentó.
Concepción May que es vecina del Barrio de Santiago consideró que al momento el número de mesas en el corredor sea en realidad un problema para los transeúntes.
“Todavía se puede pasar con tranquilidad entre los negocios, me parece que no perjudica y si ayuda a los empleados a recibir algunos pesos más por sus propinas, pero si hay que vigilar”, opinó.
El corredor gastronómico de Mérida representa una oportunidad única para impulsar el desarrollo económico y turístico de la ciudad.