De acuerdo con el INEGI, seis de cada 10 jóvenes en Yucatán tienen la oportunidad de asistir a instituciones de educación media superior y superior, situación que el doctor en Educación, Freddy Espadas Sosa, atribuye a la asimetría en diversos rubros del bienestar social en el estado.
Ante este panorama, el académico urge a las autoridades abrir más espacios educativos: “Es una gran urgencia social”.
En entrevista con 24 HORAS Yucatán, el ex director de la Universidad Pedagógica Nacional, criticó que en la entidad continúen existiendo desigualdades económicas y sociales, concentración excesiva del ingreso, marginación y exclusión de grandes núcleos sociales, lo que afecta al sistema educativo.
“Aunque se ha avanzado en la cobertura de la educación básica, la desigualdad comienza a manifestarse con crudeza cuando los educandos deben pasar al nivel medio superior, ya que muchos de ellos no logran entrar a los planteles públicos, por lo que los padres se esfuerzan por inscribirlos en escuelas privadas, lo que implica un esfuerzo económico significativo,” detalló.
Ya sea en escuelas públicas o privadas, ingresar a la educación media superior implica mayores gastos para las familias en traslados, alimentación, útiles escolares y material de fotocopias, lo que hace que muchos jóvenes abandonen los estudios y entren prematuramente al mercado laboral en condiciones de ‘humillante precariedad’.
“Al ingresar al nivel superior, las adversidades se multiplican aún más, pues hay una enorme insuficiencia de espacios educativos públicos en este nivel. Esta situación es injusta; el gobierno debe hacer mayores inversiones en infraestructura, en la creación de más plazas magisteriales y en el otorgamiento de becas a los jóvenes, a fin de hacer efectivo el derecho a la educación”.
Entre los principales desafíos para la educación en Yucatán, Espadas reiteró: “Invertir en infraestructura física, construir más planteles, garantizar su adecuado equipamiento con tecnología actual y capacitar permanentemente a los maestros en contenidos contemporáneos”.
Mencionó la necesidad de impulsar medidas compensatorias para revertir las brechas entre la educación en grandes centros urbanos y en poblaciones rurales e indígenas. “Estas medidas pueden consistir en incentivos especiales a los docentes, otorgar desayunos en las poblaciones más desfavorecidas, fortalecer el programa de becas y apuntalar la infraestructura educativa en estas áreas”.
Neoliberalismo
El profesor Espadas atribuye lo expuesto anteriormente a la política neoliberal que ha dominado desde hace varias décadas y que comenzó a desmantelarse a partir de 2018 con la reorientación de la política económica y social del gobierno de la Cuarta Transformación.
“Durante este período, explicó, hubo estancamiento y reducción de los presupuestos para educación, lo que implicó un lento crecimiento de la cobertura y mínima creación de plazas magisteriales, conduciendo a la privatización gradual de la educación y al aumento de planteles privados”.
Esto es tangible en Yucatán, donde en el nivel medio superior, de 95 mil estudiantes, 80 mil están en el sistema público y 15 mil 500 en el privado, con tendencia a aumentar, es decir, a que más jóvenes tengan que ir a escuelas particulares: “Desde luego, si sus padres pueden costearlo”.
Este proceso de privatización es aún mayor en la educación superior. Según cifras oficiales de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en Yucatán los 91 mil estudiantes de este nivel se distribuyen prácticamente a la mitad entre el sistema público y el privado.
“El sistema público ha estado perdiendo terreno en el nivel superior debido a las políticas neoliberales que dominaron hasta 2018,” precisó.
No hay espacios
El Dr. Freddy Espadas reiteró la urgencia social de abrir más espacios educativos, pues muchos jóvenes no ingresan al bachillerato o a las escuelas superiores del sistema público “no solo porque no tengan conocimientos o no pasen el examen de admisión, sino porque no existen los espacios físicos para absorber la demanda de cada año”. Esto, condenó, violenta su derecho a la educación.
“Tenemos así el absurdo de que se estén malgastando 137 millones de pesos en la remodelación injustificada de la Plaza Grande, o que el gobierno saliente haya derrochado cientos de millones de pesos en publicidad, mientras que estos recursos se pudieron utilizar para la atención de una demanda muy sentida de los sectores populares, como es la creación de más escuelas de nivel medio superior y superior”.
Finalmente, el investigador exhortó a las autoridades a hacer una valoración objetiva sobre las necesidades que se tienen en materia de infraestructura física educativa en los niveles medio superior y superior, sobre todo en los municipios del interior del estado, a fin de plantear un ambicioso, pero viable programa de construcciones.
“Precisar la demanda de maestros con la ampliación de esta infraestructura y realizar cambios en el número de estudiantes que deben inscribirse anualmente en las escuelas normales y otras instituciones formadoras de docentes,” concluyó.