El Congreso del estado de San Luis Potosí ha concedido la libertad a Sanjuana Maldonado después de 15 años de privación de libertad, gracias a un indulto promovido por las organizaciones Perteneces y Penitencia.
Este indulto representa más que una liberación personal para Sanjuana y su familia; marca un punto de inflexión en la lucha por los derechos de las mujeres en el sistema judicial.
En México, persiste una deuda con las mujeres que enfrentan encarcelamientos injustos debido a la criminalización de la pobreza, la falta de acceso a una defensa legal adecuada y la desigualdad de género.
“Gracias a Perteneces, Penitencia, mi equipo legal y toda la gente que me ha apoyado, no tengo palabras, que Dios los bendiga”, expresó Sanjuana Maldonado emocionada tras su liberación.
Sanjuana fue privada de su libertad injustamente por un delito que no cometió, enfrentando irregularidades y deficiencias en su proceso judicial, como la falta de evidencia y una defensa legal inadecuada, entre otros aspectos.
Su caso resalta las injusticias que miles de mujeres enfrentan diariamente en un sistema judicial obsoleto e injusto. Mujeres como Sanjuana son víctimas de un sistema que las castiga por ser mujeres y por su situación socioeconómica, una realidad que exige reformas urgentes en la legislación penal y un acceso equitativo a la justicia.
El llamado de las organizaciones Perteneces y Penitencia es claro: reformar el sistema judicial para considerar el contexto socioeconómico y de género, garantizar defensas legales efectivas y programas de reintegración, así como asignar recursos adecuados para una justicia verdaderamente equitativa.
Para apoyar a Sanjuana en su camino hacia la libertad y la reintegración familiar, se ha lanzado una campaña en Donadora: https://donadora.org/campanas/san-juana-libre. Este esfuerzo busca no solo respaldar a Sanjuana, sino también visibilizar y corregir las injusticias arraigadas en el sistema penal mexicano.
Saskia Niño de Rivera, Directora de Penitencia, reflexiona: ‘Sanjuana representa a miles de mujeres y hombres víctimas de un sistema de justicia penal corrupto e impune. Un sistema donde predomina la deshumanidad y que necesita reformas profundas para reconstruir el tejido social y restaurar la justicia’.”
El caso de Sanjuana subraya la urgente necesidad de continuar trabajando hacia un sistema judicial justo y humano, donde todas las personas tengan garantizados sus derechos fundamentales, sin importar su condición social o género.