Un turista explora el glaciar Ritacuba Blanco en el Parque Nacional Natural El Cocuy, en Colombia, el 19 de abril de 2024. Este glaciar, uno de los picos nevados más altos del país, debería estar cubierto de nieve homogénea, pero un severo fenómeno de El Niño lo ha derretido, revelando grandes grietas que indican su deterioro. (AFP)

Hasta hace unos meses el glaciar Ritacuba Blanco, uno de los picos más altos de Colombia, estaba cubierto por un manto de nieve homogéneo. Pero el brutal fenómeno de El Niño lo resquebrajó, provocando gigantescas zanjas, inéditas señales de su agonía.

Desde noviembre, cuando la temperatura comenzó a subir en el país como consecuencia del evento climático, la capa blanca empezó a desaparecer a una velocidad que los expertos de la Sierra Nevada El Cocuy, en el extremo este del departamento de Bocayá, calificaron de alarmante.

En la parte más baja del Ritacuba Blanco, a unos 4.950 metros sobre el nivel del mar, aparecieron hendiduras de varios metros, constató la AFP en una visita reciente. La roca, que durante siglos se ocultaba bajo la nieve, quedó expuesta.

Autoridades culpan a El Niño, fenómeno natural causado por el calentamiento del océano Pacífico, que desde finales de 2023 golpea a Colombia. El país, uno de los más biodiversos del mundo, registró en marzo el mes más caluroso de su historia, con temperaturas de hasta 42,4° C en algunas zonas.

“El fenómeno de El Niño es quizás lo peor que le puede pasar a nuestros nevados o glaciares colombianos ya que hay ausencia de nubosidad y por lo tanto no precipita nieve en los glaciares, que es lo que necesitamos para que se mantengan”, explica Jorge Luis Ceballos, glaciólogo del estatal Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam).

A tourist explores the Ritacuba Blanco glacier at the Natural Un turista explora el glaciar Ritacuba Blanco en el Parque Nacional Natural Nevado El Cocuy en Colombia el 19 de abril de 2024. A pesar de que debería estar cubierto de nieve homogénea, el glaciar ha sido derretido por un fenómeno de El Niño, revelando grandes grietas que indican su deterioro. DAVID SALAZAR/AFP

El Ritacuba Blanco es el más quebrado de los picos nevados del país, en cuenta regresiva hacia la extinción. Mientras se deshiela gota a gota, los turistas lo visitan y posan para fotografías entre los altos muros de las grietas. De los 14 glaciares tropicales que existían en Colombia a comienzos del siglo XX sólo quedan seis.

“A finales del año pasado en este lugar las paredes medían seis metros aproximadamente” pero ahora “prácticamente no alcanza ni al metro, es bastante la cantidad de hielo” que se ha perdido en los últimos “seis meses”, cuenta preocupado Edwin Prada, un guía local.

– Perecen –

El Niño aceleró la desaparición de los glaciares de El Cocuy, un paraíso frío en el que nacen ríos y al que solo se llega tras una caminata de siete kilómetros en ascenso.

Esas montañas son hogar de cóndores y mamíferos como tapires y venados.

Según cifras de 2022, unos 12,8 km2 de ese territorio estaban entonces tapados de hielo y nieve, la extensión más pequeña desde que el Ideam monitorea los datos. En 2010 eran 16,5 km2 y en 2003 19,8 km2.

En los últimos meses “se derritió la nieve por ausencia de precipitaciones, quedó expuesto el hielo a la radiación solar y esto aceleró la fundición del hielo”, sostiene Ceballos, la principal autoridad del tema en Colombia.

“Observamos un cambio en los espesores de hielo entre 2 y 3 metros (…) eso para un glaciar colombiano es demasiado”, agrega.

En 2023 el planeta experimentó las temperaturas más altas desde que se tiene registro, según el Observatorio Europeo del Clima Copernicus (C3S). La ONU calcula que 2024 el mundo podría romper ese récord.

Los glaciares, fieles termómetros del calentamiento global, dan señales de alerta. En Asia, el continente más afectado por los calores extremos, los picos helados del Himalaya también perecen, amenazando la seguridad hídrica de la región, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Según informó el observatorio Copernicus este miércoles, El Niño está “debilitándose”, permitiendo vislumbrar un posible respiro más tarde en el año, pero sin cambiar la tendencia fundamental de un calentamiento alimentado por el uso masivo de petróleo, carbón y gas fósil.

© Agence France-Presse

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