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La expansión urbana y su consecuente explosión demográfica en Mérida ha detonado nuevas necesidades entre sus habitantes, entre ellas, las guarderías para perros. 

Es bien sabido que muchas personas han llegado a vivir a la capital yucateca de otros estados de la república; y al ser una ciudad que crece verticalmente, sus animales de compañía -especialmente si son de talla grande- no tienen en donde gastar sus energías.

Pet Yard es una de estas iniciativas relativamente nuevas en la ciudad, en donde los dueños de perros las consumen cada vez más, pues al ser de otros estados, los viajes son cada día más comunes.

A lo largo de un lustro de existencia, este negocio se ha reinventado para ofrecer otro tipo de servicios, siempre enfocados en el bienestar de las mascotas, explicó el médico veterinario José Luis Ojeda García, propietario del establecimiento.

Entre ellos destaca el de pasadía, dijo, pues hay perros que tienen mucha energía y sus dueños no los quieren tener encerrados todo el tiempo en casa, así que los llevan dos o tres veces a la semana.

“La idea es que los perros estén sueltos en un jardín de buen tamaño, en donde estén vigilados todo el tiempo. Así, que puedan estar libres y expresarse como perros”, sentenció el experto.

Además de esta iniciativa, existen otras en Mérida enfocadas en el cuidado de las mascotas como Pet Chalet, El Jardín Canino y Ciudad Mascota, por mencionar algunos de los sitios en los que los perros pueden convivir, lo que es beneficioso:

“Esto propicia que los perros sientan confianza y se puedan desenvolver más fácilmente a través de la socialización para que puedan ir a parques con otros perros o a la playa, por ejemplo”, detalló José Luis Ojeda.

Pet Yard, expuso su propietario, fue uno de los primeros negocios de este giro en Mérida. Actualmente, contó, hay bastantes personas en la ciudad dedicadas a esto, lo que es evidente en la proliferación de estos negocios.

“Viví un tiempo en Playa del Carmen, en donde es un negocio muy común pues la mayoría de la gente que vive ahí viene de fuera, entonces en temporadas bajas viajan a su lugar de origen y necesitan en donde dejar a sus perritos”.

En ese contexto el emprendedor se percató que no era un modelo de negocio que existiera en Mérida, una ciudad en constante crecimiento.

“No quise poner la clásica clínica veterinaria, porque siento que es un mercado muy saturado. Además, la pandemia contribuyó a que, como la gente estaba encerrada, sus perros necesitan activarse”.

Para José Luis Ojeda, las guarderías para perros son un negocio en crecimiento en la capital yucateca, pues la ciudad está creciendo verticalmente y los perros no tienen espacio en donde desenvolverse

“Mucha gente viene de fuera y por lo menos una o dos veces al año salen de viaje a visitar a sus familiares. La mejor temporada para el negocio son las vacaciones, cuando todo mundo viaja y nos dejan a sus perritos”, concluyó.

Juan Manuel Contreras 

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