AFP/ El palestino Mahdi Karira, residente de Deir el-Balah en la Franja de Gaza, ha tenido que adaptarse al conflicto en curso entre Israel y el grupo militante Hamas. Antes de la guerra, Karira solía tener una tienda llena de marionetas coloridas y se presentaba en teatros. Sin embargo, debido a los bombardeos israelíes, se vio obligado a huir de su hogar en la ciudad de Gaza hacia Deir al-Balah, donde ahora actúa en campamentos para personas desplazadas.

En la Franja de Gaza, devastada por la guerra, el marionetista Mahdi Karira se afana en transformar viejas latas de conservas en muñecos, sabiendo que estos títeres improvisados harán sonreír a los niños desplazados por meses de conflicto entre Hamás e Israel.

La marioneta está cubierta por yeso. Le han pegado una nariz roja perfectamente redonda. Su cuerpo está hecho con madera y metal, a veces con la sigla de una organización de ayuda internacional, a veces con una imagen de sardinas o arvejas.

Pronto comenzará a bailar alegre, animado por varios hilos fijados a una cruz de madera. Su creador es el titiritero autodidacta Mahdi Karira, palestino de 40 años, inspirado por la tradición egipcia de este arte ancestral.

A lo largo de los años, se convirtió en referencia de las marionetas en el pequeño territorio palestino.

A causa de los combates que devastan la franja desde hace más de 200 días, dejó la ciudad de Gaza y se instaló en un apartamento de un edificio en construcción de Deir al-Balah (centro), donde volvió a reconstruir su taller.

Los personajes toman ahora la forma con latas de conservas que recoge en la calle, a falta de otros materiales, en medio de bloques de hormigón y las nubes de humo de las explosiones o los bombardeos aéreos, cotidianos en el cielo de Gaza.

“No hay gran cosa con que trabajar aquí, solo recipientes de conservas de todas las formas y tamaños”, dice Karira.

“Trato de utilizarlos, además es bueno para el medio ambiente, lo que es importante”, agrega.

– “Contar nuestra historia” –

Karira ya había aprendido a ser recursivo y a reciclar pigmentos o hilos sacados de material de pesca para evitar las frecuentes penurias causadas por el bloqueo israelí impuesto durante más de diez años en la franja de Gaza tras la toma del poder por Hamás, movimiento islamista considerado como una organización terrorista por muchos, entre ellos la Unión Europea o Estados Unidos.

En quince años logró instalar un taller de fabricación del cual él no sabe aun que ha quedado, y ahí producía espectáculos para asociaciones que reciben niños.

“Dejé todo mi trabajo en Gaza, ya no hay teatro ni marionetas”, dice. Añade que si se aplica a fabricar títeres diariamente, es para no perder su oficio ni la cabeza.

“Todo el mundo tiene talento, algo que propicia continuar con la existencia pese a la guerra”, agrega Karira. Dice que desea continuar  presentándose y “ofrecer alegría a los niños desplazados de los campamentos”, calculados en 850.000 por la Unicef

Fotos en las redes sociales lo muestran en medio de niños que saludan marionetas de su tamaño, o ante espectadores  cautivados por esos personajes femeninos o masculinos con rostros coloridos.

El no abandonará su actividad pues ha creado más de un centenar de personajes que se presentan entre sofisticadas escenografías de espectáculos que abordan problemas sociales.

“Esas marionetas pueden contar bellas cosas, contar nuestra historia”, declara a AFP.

En su cuenta Facebook, Karira publica algunas fotos de pasados espectáculos donde mezcla personajes como princesas, extraterrestres o una pareja en vestido tradicional palestino en la que se lee: “¡teníamos sueños, son actuales y los realizaremos!”.

© Agence France-Presse

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