Protesta por parte de las organizaciones el Poder del Consumidor y la Red por los Derechos de la Infancia en México para denunciar la gran cantidad de productos procesados que se comercializan en las escuelas.

Las escuelas son parte del problema, 9 de cada 10 ofertan diariamente bebidas azucaradas, golosinas, frituras y dulces y, solo 2 de cada 10 disponen de agua y alimentos naturales, provocando el consumo promedio de más de 500 calorías extras en los escolares.

En conmemoración del Día de la Niñez, organizaciones civiles como El Poder del Consumidor y la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), junto con la academia, han hecho un llamado urgente a las autoridades para garantizar el bienestar de niñas, niños y adolescentes (NNA) mediante la transformación de los entornos alimentarios escolares en espacios saludables, considerándolo una política prioritaria para el Estado.

México enfrenta una grave crisis de salud pública debido a las altas tasas de obesidad, sobrepeso y diabetes, particularmente entre la población infantil, lo que representa un costo significativo para el sistema de salud.

Actualmente, 1 de cada 4 NNA vive con sobrepeso u obesidad, y 1 de cada 2 desarrollará diabetes en su vida. La obesidad infantil no solo afecta la salud física, sino que también puede tener repercusiones en el desarrollo cognitivo y emocional de los niños.

Según el ejercicio de vigilancia ciudadana realizado por El Poder del Consumidor y la Redim a través de la plataforma Mi Escuela Saludable, se ha revelado que el 98% de las escuelas en el país promueven la obesidad y la diabetes entre los estudiantes.

Esto se evidencia en el hecho de que el 79% de las escuelas venden refrescos y el 98% ofrecen golosinas, dulces, frituras y/o helados.

Además, solo el 19% de las escuelas brindan acceso a frutas, verduras y agua potable para consumo, mientras que apenas el 4% cuentan con un comité que supervise el cumplimiento de la ley.

Liliana Bahena, coordinadora de la campaña Mi Escuela Saludable, expresó su preocupación por la situación actual: “El entorno alimentario en las escuelas es alarmante. Durante una década, hemos observado un deterioro progresivo en la calidad de los alimentos ofrecidos en las escuelas, lo que está afectando la salud y el aprendizaje de nuestros niños”.

En respuesta a esta problemática, Ana Abreu, investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), enfatizó la importancia de la regulación y la implementación efectiva de los lineamientos para la preparación, distribución y venta de alimentos y bebidas en las escuelas, como lo estipula la Ley General de Educación.

Vendedoras de helados y frituras en las inmediaciones de la Alameda Central.

Estas medidas podrían reducir la prevalencia de la obesidad infantil hasta en un 7% anual si se aplican de manera efectiva.

En este sentido, las organizaciones y la academia hacen un llamado urgente al Estado mexicano y sus instancias pertinentes, incluyendo a los candidatos a la presidencia y a la Secretaría de Educación Pública, para que tomen medidas concretas y coordinadas que protejan y garanticen entornos saludables para niñas, niños y adolescentes en todas las escuelas del país.

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