Nacida en las empobrecidas favelas, la música funk de Río de Janeiro ha emergido como un fenómeno global, siendo abrazada por superestrellas como Anitta y Beyoncé, y siendo protagonista en exposiciones de museos, aunque aún enfrenta estigma en Brasil. (Foto de Carlos FABAL / AFP)

De Anitta a Beyoncé, pasando por exposiciones y residencias artísticas, el funk salió de las favelas cariocas para convertirse en un fenómeno global. Aunque en Brasil los prejuicios aún persisten.

Con influencias del hip hop, la música electrónica y una buena dosis de percusión afrobrasileña, esta música surgió a finales de los noventa en Rio, desde donde se expandió a Sao Paulo, Recife, Belo Horizonte y otras grandes urbes del país.

“El funk alimenta la autoestima de la favela”, afirma a la AFP la escritora Taisa Machado, creadora de la plataforma de promoción Afrofunk Rio.

“Quienes trabajamos con funk siempre hemos sabido de la fuerza, la calidad musical y cultural del movimiento y ya estábamos esperando este momento”, apunta sobre su impulso internacional.

Estudiantes del centro cultural Fundición Progreso ensayan una danza funk en Río de Janeiro, Brasil, el 15 de abril de 2024. La música funk de Río de Janeiro, nacida en las empobrecidas favelas, ha surgido como un fenómeno global, siendo abrazada por superestrellas como Anitta y Beyoncé, y protagonizando exposiciones en museos, aunque aún enfrenta estigma en Brasil. (AFP)

Ella celebró como muchos que la superestrella estadounidense Beyoncé incluyera en su más reciente álbum,” Cowboy Carter”, un tema (“Spaghettii”) con un sample del brasileño O Mandrake, una leyenda del género.

La artista brasileña Anitta, la mayor artífice de esa proyección global, proclama ese orgullo en su nuevo disco “Funk Generation”, que sale al mercado este viernes.

Su colega Ludmilla, entre tanto, actuó en el reciente festival californiano Coachella.

– “Vivir de mi arte” –

En Lapa, un céntrico barrio popular de Rio, una docena de jóvenes venidos de los suburbios y las favelas ensayan su show final de #estudeofunk, una “residencia artística” que imparte el centro cultural Fundición Progreso.

Es el turno de cuatro chicas que, enfundadas en tops y pantalones cortos deportivos, hacen “quadradinhos” con sus caderas bajo la atenta mirada de Celly, la directora de baile.

La idea del proyecto es “profesionalizar” sus conocimientos y hacer de su pasión una carrera rentable, resume su creadora, Vanessa Damasco.

El éxito de artistas “funkeiros” inspira a miles de personas que los ven, como a los futbolistas, como un modelo de ascenso económico y de mejora de vida.

“Poder vivir de mi música, de mi arte, eso es lo que quiero”, confirma tras el ensayo Gustavo de França Duarte (MC Gut Original), que con 35 años y cuatro hijos canta funk desde hace años pero trabaja como vigilante nocturno.

© Agence France-Presse

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *