Fotografía: Cortesía

En un reciente informe de la Secretaría de Salud federal, Yucatán registró un notable incremento en los casos de displasia prostática, con un 23% más en comparación con el año anterior. 

Este crecimiento en las incidencias no sólo es significativo por su magnitud, sino también por las implicaciones a largo plazo en la salud pública de la región, toda vez que este  padecimiento puede considerarse como la antesala del cáncer en esta glándula.

La razón del aumento, según la Secretaría de Salud, es el resultado de la promoción de los cuidados preventivos y campañas gratuitas de antígeno prostático.

La displasia prostática, caracterizada por un crecimiento anormal de las células de la próstata, se ha observado con mayor frecuencia en los hospitales públicos de Yucatán. 

Durante la semana 15 de este año, se diagnosticaron 749 casos, un aumento preocupante que posiciona a la región como líder en incidencias dentro de la península.

El documento oficial reportó que, en este mismo periodo, pero del año pasado, en la entidad se contabilizaron 580 casos de displasia prostática, es decir, 169 incidencias menos que en el 2024.

A nivel peninsular, Yucatán lidera los casos de este padecimiento con el número de reportes antes mencionado, le sigue Quintana Roo con 361 y por último Campeche que contabilizó 164 en este primer trimestre del año.

La displasia prostática generalmente empieza a ser una preocupación a partir de los 55 años, aunque los cambios en la próstata pueden comenzar mucho antes. 

Antonio Esqueda Mendoza, jefe de Servicios de Urología del Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán (Hraepy), explica que este incremento en las células prostáticas puede ser el resultado del retraso en la muerte celular natural y un crecimiento constante de las mismas.

El experto señaló que la displasia de próstata, no necesariamente está ligada al cáncer, sin embargo, ambos padecimientos pueden coincidir.

También explicó que el crecimiento de la próstata empieza a darse a partir de los 30 años, no obstante, las manifestaciones de esta situación se comienzan a dar a los 55 años.

Entre los factores que pueden acelerar o agravar este padecimiento están la dieta, la genética y el sobrepeso. 

Es crucial reconocer que el estilo de vida juega un papel determinante en la salud prostática. 

Una dieta alta en grasas saturadas y baja en fibra, junto con un estilo de vida sedentario, pueden contribuir significativamente al desarrollo de problemas prostáticos.

Este aumento en los casos de displasia no solo es un indicador de posibles problemas de salud subyacentes, como el riesgo incrementado de cáncer prostático, sino que también resalta la necesidad de intervenciones preventivas y de diagnóstico temprano. 

Los médicos recomiendan que los hombres mayores de 40 años se sometan a revisiones periódicas para detectar cualquier anomalía en la próstata antes de que se manifiesten síntomas graves.

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