A partir del jueves, los visitantes que acudan a Venecia por un solo día deberán presentar un boleto de entrada para acceder a la Ciudad de los Canales, en una medida inédita en el mundo para combatir el exceso de turismo.
El boleto se compra en internet a un precio de 5 euros (5,30 dólares) y genera un código QR que los turistas deberán presentar en los principales puntos de acceso de esta ciudad del noreste de Italia.
Aunque la tarifa es moderada y el sistema no impone un límite de visitantes diarios, las autoridades municipales confían en que disuada a algunos de los turistas que atestan sus callejuelas y los puentes sobre sus canales en los días de más afluencia.
Venecia se convertirá así en la primera ciudad del mundo en imponer un boleto de entrada a sus visitantes, como si fuera un parque temático.
El problema del exceso de turismo ha generado movimientos de rechazo en otros lugares, como por ejemplo España, que han llevado a las autoridades a intentar conciliar el bienestar de los habitantes con un sector económico crucial.
“Es un experimento y es la primera vez que se hará en el mundo”, explicó el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, en una rueda de prensa a principios de mes en Roma para presentar este sistema a medios de comunicación internacionales.
La experiencia captará la atención de otras ciudades turísticas del mundo que se encuentran en situación similar.
“Nuestro objetivo es hacer Venecia más habitable“, dijo Brugnaro, cuyo consistorio ya prohibió que los grandes cruceros atraquen en la ciudad.
En los momentos de más afluencia, Venecia cuenta con 100.000 turistas que pernoctan, además de decenas de miles de visitantes diarios. Eso contrasta con los aproximadamente 50.000 habitantes del centro de la ciudad, que no deja de disminuir.
Sin embargo, en esta fase el experimento tiene un alcance muy limitado: para 2024, solo 29 días de gran afluencia turística serán afectados con la nueva tasa.
“El calendario comienza el 25 de abril (feriado en Italia), seguido de casi todos los fines de semana de mayo a julio”, precisó Brugnaro, quien prometió “controles muy suaves”, “al azar” y “sin colas”.
Numerosas excepciones
Esta tasa, cuya aplicación se ha aplazado varias veces, está destinada únicamente a los turistas que entran a diario al casco antiguo entre las 08H30 y las 16H00 locales.
Tendrán que cargar su código QR del sitio web (https://cda.ve.it), disponible en inglés, español, francés y alemán, además de italiano.
Ese código QR tiene que presentarse a los controladores apostados en las principales entradas a la ciudad, especialmente en la estación de Santa Lucía.
Los turistas que no hayan realizado este trámite serán invitados a adquirirlo en el último momento a su llegada, con la ayuda de los operadores locales.
Eso no planteará problemas porque no hay un límite al número de códigos QR vendidos por día.
“Nos oponemos a un número limitado, sino no seremos más una ciudad sino un museo”, insistió el alcalde de Venecia.
Se prevé también una multa de 50 a 300 euros para los turistas que intenten entrar a escondidas.
Los turistas que pasen al menos una noche en el sitio no se verán afectados y recibirán un código QR gratuito, y hay varias excepciones previstas, en especial para menores de 14 años y estudiantes.
Venecia, famosa por sus monumentos, sus obras de arte, sus puentes y canales, es Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1987.
Pero la ciudad se libró con las justas en septiembre de entrar a la lista de patrimonio en peligro de la Unesco, cuyos expertos señalaron que estaba amenazada por el turismo excesivo y el calentamiento climático debido a las medidas “insuficientes” tomadas por Italia para combatir su deterioro.
AFP