El experto Juan Monforte señala que este tipo de jardines utilizan sistema de riego por goteo, eficientando el uso del agua.

En Mérida, la tendencia de incorporar jardines verticales en los complejos habitacionales es más que una moda pasajera; es una estrategia esencial para mejorar la sostenibilidad en una ciudad en expansión. 

Estos espacios verdes no solo embellecen el paisaje urbano, sino que también ofrecen múltiples beneficios ambientales, tales como la mejora de la calidad del aire y la reducción del efecto isla de calor, algo cada vez más crucial en el contexto del cambio climático.

Además de los beneficios ambientales, los espacios verdes verticales contribuyen significativamente al valor inmobiliario de las áreas que los rodean. 

“Propiedades cerca de estos oasis urbanos suelen tener un valor más alto debido a su estética mejorada y la calidad de vida que ofrecen”, aseguró Juan Monforte Traconis experto en riego inteligente.

Destacó que estos espacios no solo atraen a residentes sino que también embellecen centros comerciales y de negocios, potenciando el desarrollo económico local.

Precisó que los jardines verticales actúan como pulmones urbanos, mejorando la calidad del aire al filtrar contaminantes y producir oxígeno. 

Uno de los beneficios más significativos de los jardines verticales es su capacidad para purificar el aire. 

Las plantas filtran contaminantes y partículas dañinas, mejorando así la calidad del aire urbano. 

Además, el proceso de fotosíntesis ayuda a aumentar los niveles de oxígeno, proporcionando un respiro fresco en ciudades congestionadas.

Al mejorar el aislamiento térmico de los edificios, los jardines verticales juegan un papel crucial en la reducción de la necesidad de climatización artificial. 

Esto no solo conserva energía, sino que también reduce las facturas de electricidad, promoviendo un uso más eficiente de los recursos.

El diseño estratégico de los muros verdes permite que actúen como barreras acústicas, disminuyendo significativamente el ruido de la ciudad. 

Esta característica es especialmente valiosa en áreas urbanas densas donde el ruido puede ser un constante irritante.

Los muros verdes sirven como herramientas educativas que inspiran a las comunidades a adoptar prácticas de jardinería y conservación. Promueven una mayor conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente.

Además, ayudan a mitigar el efecto de isla de calor, una problemática común en muchas ciudades donde el asfalto y el concreto aumentan significativamente las temperaturas ambientales. 

Según Monforte Traconis, el uso de sistemas de riego por goteo en estos jardines permite una irrigación eficiente, dirigida directamente a las raíces de las plantas, maximizando la eficiencia del agua y minimizando el desperdicio.

El sistema de riego automático es una pieza clave en la viabilidad de los jardines verticales. 

Estos sistemas pueden ser tan simples o complejos como se desee, adaptándose perfectamente al paisaje urbano de Mérida. 

El entrevistado aseguró que la visión a futuro es optimista, con esperanzas de expandir esta iniciativa a más regiones de Mérida y otras ciudades, replicando el éxito y adaptándolo a nuevas comunidades urbanas.

Los jardines verticales en Mérida representan un modelo inspirador de cómo las ciudades pueden transformarse en entornos más verdes y sostenibles.

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