En enero de 1969, Michael Lindsay-Hogg (Nueva York, 1940) documentó el proceso de grabación del álbum que puso fin a la carrera de The Beatles, Let It Be. Pese a las críticas emitidas por John, Paul, George y Ringo, quienes se vieron desencantados del ambicioso proyecto del cineasta estadounidense, la cinta vio la luz el 13 de mayo de 1970 en N.Y, y una semana después en Inglaterra.
Después, sin embargo, pese al auge pudo llegar a tener durante esa época, dejó de circular en VHS en los 80, pero los fanáticos hicieron lo suyo para hacer que siguiera circulando, fuera en copias originales o piratas.
Desde entonces, todo ese material audiovisual, del que existen decenas de horas de video y audio, quedó resguardado por Apple Corps, hasta que Peter Jackson (Nueva Zelanda, 1961) quiso discutir la posibilidad de erigir un proyecto alrededor de todo el material documental que se tenía.
Alrededor de este, existía un miedo que perseguía a los más grandes fanáticos del Cuarteto de Liverpool: que ese documental había sido la principal razón de su rompimiento. Más tarde, sin embargo, el mismo Jackson comunicó que se sentía aliviado de que aquello no fuera más que un mito. Sólo entonces, disipados los miedos, ya con el material revisado, el cineasta neozelandés en compañía de Paul McCartney, Ringo Starr, Yoko Ono, Olivia Harrison y Giles Martin, crearon The Beatles: Get Back, documental estrenado en 2021 a través de Disney+.
Y será esta misma plataforma la que, más de medio siglo después, reestrene ese documental siempre sostenido sobre alfileres, Let It Be, con una copia restaurada por el equipo prodigioso de Peter Jackson, asimismo con el respaldo de Apple Corps.
Más allá de la dicotomía perversa de la buena o la mala cinta, en entrevista con The New York Times, Michael Lindsay-Hogg menciona que no se trata de una versión corta del documental estrenado en 2021. “Son bastante distintas entre sí, aunque obviamente tienen bastantes similitudes”, declaró el cineasta neoyorquino a propósito de los dos documentales.
Finalmente, en la misma entrevista con el diario estadounidense, Hogg recalcó la idea de que aquellos que despotrican sobre la película y dicen que la versión de Jackson es una versión “corregida” de la suya, muy seguramente es porque no han visto la película en 50 años, pero que ya tendrán la oportunidad de ver la versión del también director de Lord of the Rings, quien ha hecho, en palabras de Lindsay-Hogg, una nueva versión de una película del siglo pasado adaptada a este siglo, aunque bajo la “mirada fílmica” que este último le solicitó al artista neozelandés, para respetar la esencia del año en que fue grabada.
La nueva versión de Let It Be podrá verse a partir del 8 de mayo del año en curso a través Disney+.
Demian García / 24 Horas