FOTO: CUARTOSCURO/DISEÑO: AURA ANDRADE

En los últimos días, Mazatlán, un destino turístico emblemático en la costa del Pacífico mexicano, ha sido el epicentro de un acalorado debate que ha tomado las redes sociales por asalto.

Todo comenzó cuando empresarios hoteleros expresaron su descontento por el ruido generado por la música de banda, desatando así una discusión sobre gentrificación, turismo y preservación cultural.

La controversia se intensificó cuando se difundió un video en el que el gerente del hotel Double Three By Hilton, Ben Berdejo, manifestó que “la queja más grande que tenemos es el tema del ruido, no solamente en la playa con las bandas, también con todos los bares y antros y todo lo que está en la vialidad que nos pasa de frente”. Esta declaración desató una serie de críticas y reacciones en las redes sociales.

El empresario Ernesto ‘Neto’ Coppel Kelly, fundador y presidente de Grupo Pueblo Bonito Golf & Spa Resorts, también se pronunció en contra de la presencia de música de banda en las playas de Mazatlán. Coppel afirmó que este tipo de música genera un “escándalo” que ahuyenta a los turistas estadounidenses, afectando la imagen del destino turístico.

En medio de este debate, surgió la polémica cuando se difundió un letrero colocado en un condominio costero que prohibía la contratación de grupos musicales en el área de playa frente al edificio.

Esta medida despertó acusaciones de gentrificación y generó indignación entre los usuarios de las redes sociales, quienes defendieron la música de banda como parte integral de la cultura local.

Las reacciones en línea no se hicieron esperar. Desde críticas hacia los empresarios hoteleros hasta memes que ridiculizaban la idea de restringir la música de banda, las redes sociales se convirtieron en un escenario donde se expresaron opiniones encontradas sobre el tema.

Ante esta situación, las autoridades de Mazatlán implementaron medidas para regular la presencia de bandas musicales en ciertas zonas de la playa, incluyendo la obligatoriedad de portar un gafete de identificación y autorización expedido por la oficialía mayor del municipio.

Estas medidas fueron resultado de una reunión entre el sindicato de músicos, la Profepa y empresarios del ramo hotelero.

El conflicto entre la preservación cultural y las demandas turísticas sigue latente en Mazatlán. Mientras algunos abogan por mantener viva la tradición de la música de banda como parte de la identidad local, otros argumentan que es necesario regular el ruido para garantizar una experiencia turística de calidad.

En medio de esta disputa, queda en evidencia la complejidad de encontrar un equilibrio entre la conservación del patrimonio cultural y las demandas del turismo internacional.

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