Foto: Guillermo Castillo

Uno de los eslabones fundamentales para la prevención del fenómeno suicida se encuentra en los distintos centros educativos de cada estado. En las escuelas, los y las docentes pueden incidir en la disminución de la conducta suicida entre el estudiantado, aseguró el presidente de la Sociedad Nayarita de Psicología, de visita en Mérida y en conferencia con docentes de educación básica, Rodolfo Moreno Ramírez.

El experto expuso que para muchas personas el fenómeno suicida es una situación lejana. Sin embargo, sostuvo que la realidad es diferente. Advirtió que mientras menos se conozca del tema, el riesgo puede estar frente a nosotros, pero no se puede percibir. “Aunque sea una sola muerte, esa sola muerte nos duele y quizá no conozcamos a la persona, pero desde la empatía del ser humano nos lleva a reflexionar que esta es una realidad que está latente”, indicó.

Explicó que existen fundamentalmente dos tipos de alarma sobre un riesgo de suicidio en las personas en edad escolar: las directas, que son -como su nombre lo dice- verbalizaciones orientadas a desaparecer o poner fin a su vida; pero también existen las indirectas, que son más bien conductas que el o la joven no solía tener ya sea en su entorno escolar o familiar.

“Cuando comenzamos a ver a estudiantes que ya no participan, cuando antes sí lo hacían, cuando incrementan conductas agresivas, autolesiones, cuando empiezan a desprenderse de objetos valiosos, generar despedidas, son signos de alarma, algo está pasando”, destacó.

En este contexto, en Mérida durante la primera quincena de enero pasado se habían registrado 15 suicidios; es decir, uno por día. Durante enero de 2023 se reportaron un total de 26 casos.

Ante ese panorama, señaló que, al estar la mitad del tiempo en las aulas, son los y las maestras que pueden servir como redes de apoyos emocionales ante ideaciones de tipo suicida. Es decir, son esos docentes que pueden servir como un primer punto de contención para canalizarlos a un especialista en salud mental.

TAREA CLAVE:

Moreno Ramírez recordó que las nuevas generaciones son nativos digitales, personas que han nacido con el boom de las redes sociales, las cuales son parte de ellos y ellas. En tal sentido, dijo que existe mucha información que les puede ser de utilidad, no obstante, mucha otra podría actuar en contra de su estabilidad emocional. Comentó que el papel del docente es clave para identificar aquel estudiante que esté cambiando de actitud.

El experto resaltó que el fenómeno suicida no es una situación aislada, algo que es ajeno a cualquier persona, ya que alguien puede estar pasando por un momento que le lleve a la ideación suicida. “Lo que no conocemos es invisible a nuestros ojos; puede ser que nuestros hijos, nuestra pareja, nuestro compañero de trabajo esté en riesgo de suicidio y nosotros no lo veamos; es ahí donde a veces vienen los remordimientos en caso de consumar esa ideación. Por eso hay que hablar del tema y apostarle a la prevención”, externó.

Dijo que se deben fortalecer las redes de apoyo, ya que a las personas con malestares emocionales intensos les cuesta mucho pedir ayuda. Destacó que se debe tener plena seguridad de la preparación del profesional al que acuden; de lo contrario, el efecto será el inverso al esperado.

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