Diseño: Aura Andrade

En la era digital y mediática en la que vivimos, el concepto del “amor romántico” ha sido alimentado por películas, series y novelas que nos han vendido una versión idealizada de las relaciones amorosas. Sin embargo, para muchos de nosotros, dejar atrás esta imagen preconcebida del amor no es una tarea sencilla, especialmente para aquellos que hemos crecido inmersos en las narrativas de los años 90.

Las historias de amores tumultuosos, egoístas y llenos de pasión desenfrenada han sido parte de nuestro imaginario colectivo durante décadas. Pero, ¿es realmente este el modelo de amor que queremos seguir? ¿Es saludable aferrarse a la idea de la posesión y la dependencia emocional en nuestras relaciones?

A mis más de 30 años, tras enfrentar fracasos en relaciones, momentos de soledad y duelos internos, he llegado a una conclusión clara: el amor verdadero es sinónimo de libertad. No se trata de poseer ni de controlar a la persona que tenemos a nuestro lado, sino de permitirle ser quien realmente es, con todas sus virtudes y defectos.

Amar es aprender a disfrutar de la compañía del otro sin perder la propia autonomía, es compartir momentos de felicidad juntos pero también respetar los espacios individuales. Es construir una relación basada en el apoyo mutuo, la confianza y el crecimiento personal, sin caer en la necesidad de completarse mutuamente.

Es hora de desafiar las narrativas obsoletas del “amor romántico” y redefinir lo que significa amar en el siglo XXI. El verdadero amor no debería causar sufrimiento ni limitar la libertad de ninguno de los involucrados. Más bien, debería ser una fuente de alegría, crecimiento y plenitud tanto individual como compartida.

Explorando la naturaleza de las relaciones en una época cambiante

En la actualidad, frases como “encontrar a tu media naranja” o “ser felices para siempre” son cada vez más cuestionadas por aquellos que buscan una conexión más auténtica y libre. Laura y Carlos, una pareja que ha abrazado esta filosofía, comparten su experiencia de vivir en una relación abierta.

Para ellos, este camino no ha sido fácil, pero ha sido profundamente liberador. Se sienten más conectados con su esencia y más abiertos a experimentar el amor en todas sus formas. Sin embargo, admiten que enfrentar los celos y la inseguridad ha sido uno de los mayores desafíos en su viaje hacia una relación más abierta y honesta.

¿Qué significa estar en una relación abierta? 

Carlos: Significa tener la apertura para que tu pareja o tú puedan ver a otras personas, los acuerdos son varios, que han ido cambiando, algunos son que nuestra relación es prioritaria. 

Es la principal para ambos, y aunque podamos conocer otras personas, ésta es la prioridad. 

Laura: Es algo nuevo, sigue siendo, no es como que estemos estamos buscando a alguien todo el tiempo o en aplicaciones de citas, si bien tengo un vínculo adicional, es uno que inició con una amistad, donde sí hay atracción física y sexual. Me estoy conociendo a través de esto. 

A pesar de los obstáculos, Laura y Carlos destacan los beneficios de este estilo de relación. Para Laura, la experiencia ha sido transformadora, permitiéndole liberarse de las expectativas y presiones asociadas con el amor romántico tradicional. Se siente más auténtica y en armonía consigo misma, sin las restricciones de la monogamia impuesta por la sociedad.

Carlos, por su parte, encuentra en esta relación una oportunidad para explorar nuevas conexiones y fortalecer el vínculo con su pareja principal. La experiencia les ha brindado una mayor comprensión de sí mismos y de lo que realmente valoran en una relación.

En última instancia, Laura y Carlos están de acuerdo en que la comunicación abierta y honesta es la clave para mantener una relación sana y satisfactoria en un contexto no monógamo. Aunque reconocen que el camino puede ser difícil en ocasiones, creen firmemente que vale la pena explorar nuevas formas de amor y conexión.

En un mundo en constante cambio, las relaciones evolucionan y se transforman, desafiando las normas establecidas y abriendo nuevas posibilidades para el amor y la intimidad. La historia de Laura y Carlos es solo una de las muchas que están redefiniendo el significado del amor en el siglo XXI.

Beneficios

Los principales beneficios de las relaciones no monógamas, según Laura y Carlos, incluyen la oportunidad de conocer y explorar otras formas de vínculo humano más allá de la monogamia. Laura destaca que estar en una relación abierta le ha permitido deconstruirse, abandonar la idealización del amor romántico y superar conceptos como la exclusividad y la infidelidad. Ella enfatiza que, aunque enfrenta desafíos e inseguridades, las gratificaciones y experiencias son más fuertes y beneficiosas para su salud mental y estabilidad emocional.

Por otro lado, Carlos menciona que una ventaja importante es la posibilidad de conocer a otras personas y fortalecer los lazos con la pareja principal. Él resalta que esto ha reforzado el amor por su pareja principal y ha contribuido positivamente a su relación en general.

Abraham Bote Tun

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