Fotografía: Cuartoscuro

En Yucatán, la epidemia de estos padecimientos ha alcanzado niveles críticos, según advierten especialistas en salud pública. Datos recientes revelan que solo el 20 por ciento de la población se encuentra en condiciones de peso ideal, es la entidad en primer lugar de obesidad infantil y diabetes general. 

El ex director del colegio de la Salud, Rudy Humberto Coronado advierte sobre la falta de capacidad para atender a pacientes con enfermedades derivadas del sobrepeso. Las consultas con especialistas pueden tardar de seis meses hasta un año, lo que aumenta el riesgo de complicaciones como el compromiso arterial que podría resultar en la pérdida de extremidades. 

Coronado ejemplifica la crítica situación con casos de pacientes que requieren atención urgente y enfrentan esperas prolongadas para consultar con un angiólogo. 

Advirtió sobre la falta de camas disponibles para sostener a quienes padecen enfermedades derivadas de la obesidad y la diabetes, ya que son susceptibles a problemas como la insuficiencia renal, hipertensión, hipotiroidismo, enfermedades hepáticas y cardiológicas. 

Ildefonso Machado Domínguez, director de Salud y Bienestar del Ayuntamiento de Mérida, confirmó que la diabetes es uno de los mayores padecimientos entre la población de la capital del estado. Esta afirmación respalda las estadísticas nacionales que colocan a Yucatán como el primer estado de la república con la peor cifra de diabéticos. 

“Hemos detectado un aumento en el número de diabéticos. En Salud municipal realizamos campañas de prevención y apoyamos a los pacientes diagnosticados y tratados proporcionándoles herramientas de autocontrol como el glucómetro”, señaló. 

“La cifra es elevada; estamos aproximadamente con el 12 por ciento de la población afectada”. 

Subrayó la necesidad de que los pacientes asuman un papel activo en el control de su enfermedad,con la importancia de distribuir glucómetros y capacitar sobre su uso correcto. 

En este escenario, la nutrióloga Mónica A. Díaz, reconocida investigadora yucateca por sus contribuciones al estudio de los hábitos alimentarios en las comunidades mayas y especialista en pacientes diabéticos señala que la pandemia de obesidad no espera y urge un cambio en los hábitos alimentarios.

Aboga por el regreso al consumo de alimentos provenientes de huertos, fomentar el autoconsumo de productos cosechados en casa y cambiar la percepción negativa asociada al consumo de alimentos de granja. 

Contrariamente a la creencia común, sostiene que la pobreza está más relacionada con el consumo de alimentos ultraprocesados y calóricos.

Destaca la importancia de implementar cambios integrales, considerando el entorno laboral, familiar y de pareja para lograr el éxito en la adopción de hábitos saludables. Advierte sobre la confusión en torno al ejercicio físico, abogando por un enfoque gradual y guiado.

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