Por Joaquín Vargas
Los gobiernos de los tres niveles deben tomar previsiones para la disposición del agua destinada tanto al uso urbano como agrícola en la Península de Yucatán. A pesar de la existencia de este recurso, se carece de una infraestructura adecuada y la gestión actual no es completamente efectiva, según afirmó Filiberto Ku Chan, representante del Consejo Supremo Maya.
Ku Chan señaló que, a pesar de la afirmación de que el sureste es la reserva hídrica y energética más importante del país, es necesario realizar un nuevo inventario del agua disponible. Desde hace varios lustros, no se ha generado ningún informe al respecto, lo que dificulta la evaluación precisa de la situación, según destacó el ingeniero.
En cuanto al agua destinada al consumo humano, Ku Chan expresó su preocupación acerca de la crisis en la gestión del líquido. Esta se manifiesta principalmente en una distribución racionada del recurso, especialmente en los núcleos poblacionales de rápido crecimiento como Ciudad del Carmen y la capital de Campeche.
El líder indígena también abordó la problemática del suministro de agua para uso agrícola, evidenciando problemas en áreas como Los Chenes, Camino Real y algunas zonas del sur del estado. Estos desafíos son resultado de la sobreexplotación del recurso debido a prácticas productivas inadecuadas, según la opinión de Ku Chan.
Ante este panorama, el dirigente indígena abogó por la necesidad de realizar inversiones significativas en infraestructura y una administración eficiente del recurso hídrico. Para él, este recurso es tan crucial como el petróleo, y subrayó la importancia de planificar para satisfacer tanto el crecimiento natural de los núcleos poblacionales como los requerimientos de megaproyectos como el Tren Maya.
A pesar de la relativa salud de las cuencas hidrológicas en la Península de Yucatán, Ku Chan advirtió sobre la presencia de contaminación, especialmente derivada de actividades agroindustriales. En este sentido, destacó la importancia de anticiparse a posibles problemas y abogó por una planificación a mediano y largo plazo, responsabilidad que atribuyó a los gobernantes.