El abogado de profesión, pero periodista por afición, José Miguel Rosado Pat, reúne lo más selecto de sus archivos de entrevistas en las que extrae de sus personajes la parte menos conocida de su trayectoria, de su historia y de sus pensamientos para concentrarlos en un interesante libro que acertadamente titula “Convocados”. 

Este miércoles, a las 19:00 horas, en el auditorio de la Universidad Modelo, se llevó a cabo la presentación de este libro, cuyos comentarios corrieron a cargo del también escritor Joaquín Tamayo Aranda, así como de Rosely Quijano León y Ariel Avilés Marín.  

Esta obra reúne a personajes tanto locales como internacionales como el escritor yucateco Agustín Monsreal, el poeta Luis Pérez Sabido, Socorro Cerón Herrera, así como personajes tan polémicos como Porfirio Muñoz Ledo, Giovana Jaspersen García, o tan desconocidos pero no menos relevantes como Lourdes Chehaibar Náder, Miguel Barnet, Adrián Rentería. Son en total 22 entrevistas con personalidades tan disímiles que obligan al lector a zambullirse en las profundidades de su historia, de su compleja personalidad, pero que además cobra más relevancia porque algunos de ellos ya descansan en la eternidad, siendo el caso más reciente el del abogado, político y jurista Sergio García Ramírez, hace unos cinco días, quien, según el autor, también estaba convocado a esta presentación. 

El libro de entrevistas incluye también a personajes como el laureado artista plástico yucateco Fernando Castro Pacheco, que durante la lectura cobra vida, como si el autor lograra traerlos del más allá junto con Romeo Frías Bobadilla y Muñoz Ledo, quien también se une a los ilustres en el contenido.  

“No sé si decir que el tiempo que lleva de la primera a la más reciente entrevista, pero todo comenzó desde 2011 con Castro Pacheco y las más recientes, Alejandro Bichir, antes de que se fuera a Panamá, Eglé Mendiuburu, Luis Pérez Sabido. “Lo que encuentras ahí es lo mejor de cada entrevista, porque hay unas que son muy largas y que si hubiese yo puesto toda la transcripción habría cabido en otro libro, también hay partes en las que el personaje de repente se vuelve repetitivo y claro, no tenía caso”, indicó. 

Dijo que la historia de Federico Ortiz Quezada, si no es muy conocida en Yucatán, es un personaje que quería conocer. Resaltó que las charlas con Porfirio Muñoz Ledo y Miguel Barnet, como la mayoría, están inéditas y tuvieron que pasar por un proceso de edición exhaustivo. Recordó también que esta iniciativa inició en 2019 aproximadamente: “Me surge la idea de decir, bueno, pues a repasar, a ordenar mis documentos y empecé a checar lo que tenía tanto en computadora como en el archivo físico. 

“Yo no hablo de sus biografías, yo no pregunto de sus vidas privadas. Sino de su pensamiento, de sus convicciones, de sus ideas, de su manera de ver la vida, el Estado, la política. O sea, eso es lo que yo rescato de ellos y por lo cual pensé que es valioso que el mundo es sobre estos personajes”.  

“Les pregunté, de repente de que cómo empezó, quiénes fueron sus maestros y sobre eso ya me iba yo enganchando. Eso ya es técnica, yo soy el que menos habla”. “De las entrevistas que se convirtieron en una aventura, una odisea, la de Muñoz Ledo, me citó en Playa del Carmen, tomé un camión a las dos de la mañana, llego a las cinco a Playa del Carmen a buscar un hotel y me encuentro con uno de quinta categoría. Pues yo listo al día siguiente a las nueve de la mañana, y me llaman como a las diez y me dicen, oye, se cambia la entrevista hoy mismo, pero a las ocho de la noche te mandamos ubicación un rato antes.  

Quise tomar un taxi que en Quintana Roo se agarra en cualquier lado, pero resultó un problema porque los taxistas te dicen que no salen de su zona por temor al crimen organizado, pues nos retuvieron casi una hora.  

Entiendo que los del cártel de las cuatro letras y me preguntaron que a dónde iba, que si el taxista por allá y bueno, pues a comprobarle que iba, al final me dejaron, pero casi me atrasan una hora y ya que llego me llevan en el carrito donde están ellos como suite y pues el señor, tomando unos whiskys y platicando casi dos horas.” 

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *