La reducción de la jornada laboral a 40 horas a la semana creará más y mejores empleos, pues se necesitarán más trabajadores para satisfacer las necesidades de producción, aseguró Saúl Escobar Toledo, del Instituto de Estudios Obreros Rafael Galván.

En su participación en el foro de Parlamento Abierto de la Cámara de Diputados para analizar la reforma al Artículo 123 constitucional, el investigador enfatizó que la creación de más empleos es también una manera de combatir la informalidad.

“Es dudoso pensar que al reducir la jornada laboral las empresas cierren y despidan a sus trabajadores, lo más probable, como lo ha demostrado la experiencia internacional es que al reducir la jornada laboral contraten más trabajadores”, sostuvo.

Agregó que en el caso de las micro, pequeñas y medianas empresas les resulta más fácil adaptarse a las condiciones de la economía y del mercado laboral, pues son más flexibles, lo que les permite adecuarse más rápido.

Además, continuó Escobar Toledo, si la economía crece al aumentar el empleo y la modernización de procesos, las micros, pequeñas y medianas empresas aumentarán sus ventas y eso va a compensar los mayores costos laborales que puedan tener por la contratación de nuevos trabajadores al reducirse la jornada laboral.

“Esta es la experiencia que han tenido los países latinoamericanos, ya no solo los países europeos y Estados Unidos; podemos observar los casos de Colombia, de Chile, de Ecuador, hasta de Honduras y El Salvador, donde desde luego hay micros y pequeñas empresas que sobreviven con una jornada laboral más reducida”, dijo el investigador.

La activista en redes sociales sobre derechos laborales, Alma Paz (conocida como La de RH), enfatizó que los trabajadores en el país están cansados y enfermos por las extensas jornadas laborales.

“Esto algo que ustedes no ven y los empresarios ni siquiera tocan en los parlamentos. Es algo que no les interesa”, expuso.

La activista citó datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que señalan que la capacitación en México se reduce al 20.9%, lo que significa que solo dos de cada diez trabajadores son capacitados.

“Se supone que debemos ser más productivos para que los empresarios permitan que la jornada se reduzca de 48 a 40 horas (…) pero cómo van a ser más productivos si las empresas no invierten en capacitación”, cuestionó.

Ante el argumento de que la reducción de las horas de trabajo ocasionará un incremento en el costo de producción que será pagado por el consumidor final, pidió que éste se vaya a las ganancias de las empresas.

Aseguró que el 15% que se habla de incremento en costos tendría un impacto mínimo en las ganancias de las empresas “pero los patrones no quieren soltar su parte, todo se va al trabajador o al usuario final”.

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