El Gobierno ordenó ayer el despliegue de 40 mil agentes y decretó el toque de queda en varias ciudades tras varias noches de disturbios ocasionados por la muerte de un joven por un disparo de la policía en un suburbio de París.
La marcha en homenaje a Nahel, la joven víctima de 17 años, terminó por la tarde en Nanterre, al oeste de París, con enfrentamientos con la Policía, el incendio de mobiliario urbano y el uso de gases lacrimógenos.
En la segunda noche de disturbios se incendiaron comisarías, alcaldías, escuelas y autos en varias ciudades, con un balance de 180 detenidos y de 170 miembros de las fuerzas de seguridad heridos. Las autoridades esperan “una generalización” de los disturbios durante las próximas noches.
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Francia vive una nueva ola de protestas este año, tras el rechazo a una impopular reforma de pensiones entre enero y mayo.
Con los brazos en alto en una camioneta, Mounia pidió justicia por su hijo. “Justicia para Nahel”, rezaba el lema de la camiseta blanca que portaba. Unas 6 mil 200 personas respondieron al llamado de esta madre que crió a su hijo sola para participar ayer en la noche, en marcha de Nanterre.
Mientras tanto, el policía que asesinó al adolescente, pidió “perdón” a la familia de la víctima, informó su abogado Laurent-Franck Liénard en la cadena BFMTV, al asegurar que se encontraba “destrozado”.
Con información de 24 Horas Nacional
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