El año pasado se llevaron a cabo 61 trasplantes de riñón en Yucatán, cifra que representa el máximo histórico que se tenía desde el 2016 con 58 procedimientos renales, destacó el Dr. Jorge Martínez Ulloa Torres, director del Centro Estatal de Trasplantes del Estado (Ceetry).
Además, dijo que se llevaron a cabo 77 trasplantes de córneas el año pasado, en beneficio de igual número de personas y este tipo de intervenciones colocan a Yucatán en los primeros lugares a nivel nacional.
Tomando en cuenta el número de procedimientos llevados a cabo por millón de habitantes, Yucatán ocupó el quinto lugar nacional en trasplante de córneas, el séptimo lugar en trasplante renal y en octavo en donación de órganos y tejidos de personas fallecidas.
En el marco del Día Mundial del Trasplante de Órganos y Tejidos dijo que en Yucatán se pueden destacar tres temas: que es el único estado del Sureste que cuenta con un programa de trasplante de hígado, de los cuales se han llevado a cabo nueve en total.
Además, cuenta con el único banco de córneas del sureste y que abastece a toda la región. También destacó que se llevan a cabo un buen número de implantes de tejido musculoesquelético, es decir que se injerta mucho hueso de cadáver.
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Dijo que en 2022 hubo un repunte importante de actividades luego de que bajara un poco por la pandemia, aunque en este periodo no se dejó de hacer trasplantes al ser un tema prioritario, pero en 2020 fueron 16 y en el 2021 fueron 20, mucho menos de lo que se venía haciendo.
“En 2022 hubo una buena reactivación y en general creo que se suma en mayor cultura de donación en un estado que se ha preocupado mucho por los programas de trasplantes, por fomentar la cultura de donación y también se da mucho apoyo para que se lleven a cabo los trasplantes, con estudios, insumos médicos, material, equipo; creo que la suma de todo esto es el resultado”, comentó.
Destacó también el trabajo que llevan a cabo los médicos especialistas y todo el personal que interviene en un trasplante, y desde luego las familias de las personas que, a pesar de estar pasando por un momento de dolor, aceptan donar los órganos o tejidos de sus seres queridos, fallecidos por muerte cerebral o paro cardiaco, en beneficio de otras personas.
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