El curry tailandés es un ejemplo de la diversidad cultural de Tailandia. Se cree que durante el siglo IV los comerciantes indios y los misioneros budistas compartieron especias y hierbas aromáticas, como el comino, el tamarindo, o la hierba limón en todo el reino.

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En el siglo XIII, se creó la receta de nam phirk, un tipo de pasta espesa de diversos ingredientes que incluía; hierba limón, salsa de pescado, granos de pimienta y tamarindo. Los nam priks se usan en la actualidad como una salsa base para muchos platos de la cocina tailandesa. Como los kaeng, los gaeng, los gang o geng, que hoy se conoce como curry tailandés. .

Desde el siglo XIV al XVIII, se añadió kapi o pasta de gambas a estos platos, lo que aportaba un profundo sabor umami. Con la llegada de los mercaderes portugueses en el siglo XVI, llegaron a Tailandia los pimientos picantes o chiles que comenzaron a cultivarse en el país y se usaron en muchas recetas como en la de curry rojo Thai.

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Se desconoce la fecha exacta en que se acuñó el término ‘curry tailandés’. En las páginas del primer diccionario tailandés publicado en 1873, el kaeng se definió como un plato acuoso con pasta de gambas, cebolla, chalotas, ajo y chiles. Aunque este texto inicial solo categorizaba vagamente el plato, tras la Guerra de Vietnam, las distintas variedades de curry, pasaron a llamarse por los occidentales como ‘’curry tailandés’.

 

En 2002, el gobierno tailandés inició una campaña de ‘diplomacia a través de la gastronomía‘. Creó el programa Global Thai, cuyo objetivo era promover los restaurantes y sabores tailandeses en todo el mundo.

Ingredientes
Pechuga y muslos de pollo deshuesados – 600 g
Preparado de especias para curry rojo – 50 g (viene en sobre lo encuentras en hipermercados y también online)
Tomate natural tamizado – 150 ml
Leche de coco –600 ml
Dientes de ajo – 2 unidades
Azúcar moreno – 1 cucharadita
Pimiento rojo tipo chile, (o guindilla) – 1 unidad y ½
Jengibre rallado – 2 cucharadas
Cilantro – 2 cucharadas
Aceite de girasol o soja – 2 cucharadas
Hojas de lima kaffir – al gusto (opcional)
Salsa de soja – 2 cucharaditas
Preparación
El pollo lo sacamos de la nevera un poco antes para que esté a temperatura ambiente. Retirar la piel si la lleva y cortar a trocitos.
Pelar y cortar los ajos.
Rallar el jengibre.
Añadir aceite de oliva a una sartén, cuando se caliente, agregar los ajos y el jengibre y el chile o la guindilla cortada en trocitos, (si prefieres menos picante añade solo medio chile o media guindilla).
Bajar el fuego y dejar que se doren los ajos durante un minuto y medio.

Incorporar el tomate natural tamizado, y 50 g de pasta de curry rojo. Este ingrediente aunque exótico lo tienes en hipermercados y tiendas de productos orientales y también online. El precio varía según el sitio, yo lo he encontrado en Alcampo por 1.43 €, pero está en distintos establecimientos.

Remover para que se mezclen los ingredientes, dejar que se doren unos 20 segundos. Añadir la leche de coco, remover, reducir el fuego. Incorporar el pollo y cocinar durante 12 minutos, removiendo de vez en cuando.

Pasado el tiempo de cocción, agregar media cucharada de azúcar moreno, y una de soja. Probar, si prefieres un sabor más dulce añadir un poco más de azúcar. En caso contrario otra cucharadita de salsa de soja. Apagar el fuego y dejar reposar.

Verter el curry rojo Thai en una fuente o platos individuales. Si tienes hojas de lima kaffir (en tiendas de productos orientales, supermercados gourmet y online). Cortar trocitos de hojas y espolvorear sobre los platos ¡Listó!

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